El Reino de Sobrarbe
fue el predecesor legendario del Reino de Aragón y la moderna comarca del
Sobrarbe (del latín super arborem, encima del árbol). Según la leyenda
bajomedieval, el reino, con su capital en L'Ainsa, surgió en la Reconquista. La
leyenda podría estar parcialmente basada en los orígenes históricos del Reino
de Pamplona.
Después de la llegada de los musulmanes a España, los
cristianos residentes en lo que sería más tarde el Sobrarbe se reunieron en la
cueva de Galión (Espelunga de Galión, en aragonés) en el año 724, lugar donde
hoy se halla el monasterio de San Juan de la Peña. Allí crearon un ejército
para luchar contra el invasor y eligieron
como dirigente a un cierto García (Garzía) Ximéniz.
Puesto que los musulmanes ya habían tomado Jaca, la
principal ciudad de la región, los cristianos decidieron atacar L'Ainsa. Después
de un asedio prolongado, tomaron la ciudad y aumentaron eficazmente sus
defensas. Cuando los musulmanes contraatacaron, con el cuádruple de fuerzas, la
caída de la ciudad pareció inminente. Entonces apareció en el cielo una cruz de
un rojo intenso en lo alto de un roble sobre un campo de oro. Interpretada esta
aparición como una señal de Dios, la cruz dio ánimos a los cristianos y así
consiguieron hacer huir a los musulmanes. De acuerdo con el juramento dado en
la cueva de Galión, García Ximéniz, para conmemorar la victoria, fundó en el
lugar una ermita dedicada a Juan el Bautista. Esto daría luego origen al monasterio de San Juan de la Peña. El reino nacido en L'Ainsa fue llamado
Sobrarbe, porque fue fundado gracias a la cruz que apareció "sobre un
árbol" (sobre arbre).
La lista de estos reyes legendarios quedaría así:
- García Ximéniz (724–758)
- García Ennéguiz I (758–802)
- Fortún Garcés I (802–815)
- Sancho Garcés (815–832)
- Enneco Ariesta (868–870) → Íñigo Arista
- García Ennéguiz II (870–885) → García Íñiguez II
- Fortún Garcés II (885–901) → Fortún Garcés II
Posteriormente estuvo bajo control del reino de Pamplona.
Finalmente, fue Sancho Garcés III de Pamplona quien ocupó el condado y lo dio
en herencia a su hijo Gonzalo I, quien se auto-nombró rey de Sobrarbe y
Ribagorza. A su vez, Gonzalo cedió el título y el condado a su hermano Ramiro,
quien lo integró definitivamente en el reino de Aragón.
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