Mitología griega

 

 

  LOS DIOSES DEL OLIMPO

 

 

 



AMAZONAS




Pueblo de mujeres que desciende del dios de la guerra Ares y de la ninfa Harmonía, que viven sin hombres y apasionadas por la guerra.

 El reino de las amazonas, este pueblo de mujeres que desciende del dios de la guerra Ares y de la ninfa Harmonía se ubica en el Cáucaso, en Tracia o a las orillas del Danubio. Son gobernadas por sí mismas, sin intervención de ningún hombre, que sólo tienen como criados o siervos. Cegaban y amputaban a sus varones al nacer, según unos, o los mataban y procreaban con extranjeros según otros. A las niñas les cortaban un seno para poder disparar mejor con el arco y la lanza (de ahí que amazonas significa "las que no tienen seno").




 


AQUILES

Hijo de Peleo y de Tetis. Héroe."El de pies ligeros". Héroe de la Guerra de Troya.

 Aquiles fue el más valiente de los héroes griegos en la guerra de Troya. y uno de los principales protagonistas y más grandes guerreros de la Ilíada de HomeroEs el prototipo del guerrero impulsivo, valiente y magnánimo. Indignado contra Agamenón, se mantuvo alejado de la lucha en Troya hasta que su amigo Patroclo fue muerto por Héctor; entonces volvió a la lucha y vengo a Patroclo con la muerte de Héctor. 

Aquiles pereció a manos de Paris, cuya flecha, dirigida por Apolo, atravesó el talón, único punto vulnerable de su cuerpo desde que su madre Tetis, lo baño en las aguas de la laguna Estigia, pero olvidando mojar el talón por donde le había asido.



  

  

ARGONAUTAS

 Los Argonautas, marineros en el barco Argo, en la mitología griega, fueron los héroes que navegaron en busca del vellocino de oro (piel de oro de un carnero alado), comandados por Jasón. Sus avatares fueron contados en varios poemas épicos de la Antigüedad cuyos detalles en muchas ocasiones difieren entre sí.

La historia de los argonautas es una de las leyendas griegas más antiguas e incorpora numerosos elementos comunes en las historias populares: un héroe al que se le envía a un viaje peligroso para desembarazarse de él, imponiéndole una tarea imposible de llevar a cabo, pero de la que sale victorioso gracias a la ayuda de aliados inesperados.

 Esta leyenda ha sido fuente de inspiración de novelas y películas de cine muy elogiadas en épocas modernas.

 


ARIADNA

 


Ariadna, hija de Minos y Pasifae, reyes de Creta,  fue la amante de Teseo, al que dio el hilo, que este utilizó para salir del laberinto de Creta, después de matar al Minotauro.

Fue abandonada por Teseo en la isla de Naxos, donde fue hallada por Dionisio que se casó con ella.

 




ARPÍA



Hija de Taumante y Electra. Animal. Aves fabulosas con rostro de doncella y cuerpo de ave de rapiña.

Las arpías, según la leyenda, eran dos aves fabulosas, crueles y sucias. Contra ellas combatió Hércules.

También se dice, que robaban la comida de Fineo, antes de que éste pudiera probarla, por orden de Zeus, en castigo por haber descubierto los secretos de los dioses del Olimpo, castigo que duro hasta la llegada de los argonautas, quienes las espantaron.



 


ATLANTE

Atlante, también llamado Atlas, era un titán de la segunda generación, al que Zeus condenó a cargar sobre sus hombros con los pilares que mantenían la tierra (Gea) separada de los cielos (Urano).

 Era un gigante hijo de Jápeto y de la oceánide Clímene (en alguna leyenda, de la oceánide Asia). Hermano de Menecio, Prometeo y Epimeteo, llamados los "hombres violentos". En algunas leyendas, sería hijo de Urano y, por tanto, hermano de Crono. Luchó en la guerra entre Gigantes y Dioses y Zeus lo condenó a aguantar sobre sus hombros la bóveda celeste. Suele decirse que vive en el Occidente extremo, en el país de las Hespérides o en los Hiperbóreos.



 Se le atribuyen varios hijos: de sus amores con Pléyone nacieron las Pléyades y las Híades y también Hiante; de su relación con Hespéride, las Hespérides. También Dione es considerada hija suya. También se dice que es padre o hermano de Héspero. 

 Atlante da nombre al pueblo de la Atlántida.



 

 


AVE FÉNIX

 

El fénix era, en la mitología griega, un ave de larga vida que se regenera de las cenizas de su predecesor.

Según la leyenda cristianizada, el ave fénix vivía en el Jardín del Paraíso, y anidaba en un rosal. Cuando Adán y Eva fueron expulsados, de la espada del ángel que los desterró surgió una chispa que prendió el nido del fénix, haciendo que ardieran este y su inquilino. Por ser la única bestia que se había negado a probar la fruta del paraíso, se le concedieron varios dones, como el poder del fuego y la luz, siendo el más destacado la inmortalidad a través de la capacidad de renacer de sus cenizas.

Cuando le llegaba la hora de morir, hacía un nido de especias y hierbas aromáticas, ponía un único huevo, que empollaba durante tres días, y al tercer día ardía. El fénix se quemaba por completo y, al reducirse a cenizas, resurgía del huevo la misma ave fénix, siempre única y eterna. Esto ocurría cada quinientos años.







CARONTE



 Caronte era el barquero del Hades (el inframundo), el encargado de guiar las sombras errantes de los difuntos recientes de un lado a otro del río Aqueronte.

Se representa a Caronte como un viejo muy feo, de barba gris e hirsuta, vestido de harapos y con un sombrero redondo.

 Su misión es pasar las almas, a través de los pantanos del Aqueronte, hasta la orilla opuesta del río de los muertos. Conduce la barca fúnebre, pero no la rema, ya que son las propias almas quienes se encargan de ello. Se muestra con ellas tiránico y brutal como un verdadero subalterno.

 Caronte era hijo de Erebus (Erebo) (“oscuridad”) y de Nyx (“noche”). Actuaba como barquero que llevaba las almas de los muertos hasta el Averno, cruzando la laguna Estigia en su bote que podía entrar en el reino de los espíritus de Hades. Caronte era un anciano gruñón y desagradable que cobraba un óbolo (una moneda) a todo aquel que tu­viese que coger su barca. Los griegos mantenían la costumbre de enterrar a sus muertos con un óbolo en la boca.

 

 

 


CERBERO

 


Cerbero, también conocido como Can Cerbero, era un perro monstruoso encargado de guardar las puertas del  Hades (el Averno latino) . Parece que había sido concebido por los monstruos Tifón y Equidna, y se creía que era hermano de la Hidra y de la Quimera, criaturas tan terroríficas como él.

 Cerbero tenía tres cabezas, si bien según algunas fuentes podría tener muchas más. Su cola era una serpiente y sobre su lomo se extendía una crin hecha con cabezas de serpiente. Su aliento y su saliva eran muy peligrosos y, al igual que Medusa, su mirada podía convertir a cualquiera en piedra.

Hades, el dios del mundo de los muertos, tenía a este perro para evitar que las almas huyesen de su reino. Cerbero también evitaba que entrasen los vivos. Uno de los Doce Trabajos de Heracles fue llevarse al perro de las puertas del Averno. 




 


CÍCLOPES


Los cíclopes eran gigantes con un solo ojo en mitad de la frente. Los primeros cíclopes eran hijos de Urano y Gea (o Gaya), dioses del cielo y de la tierra respectivamente. Quedaron encerrados en el cuerpo de su madre debido al miedo que su padre tenía de que le pudiesen destronar. Después de que el titán Cronos le arrebatase el trono a su padre Urano, fueron liberados durante un tiempo, pero pronto volvieron a ser encerrados en el Tártaro, la parte más desoladora del Hades. 

Zeus, hijo de Cronos, los liberó para siempre, pues él y sus hermanos necesitaban su ayuda para controlar el universo en la batalla de los titanes frente a Cronos y otros titanes. Gracias en parte a los cíclopes, Zeus y sus hermanos consiguieron ganar. Los cíclopes, en agradecimiento por su liberación, le forjaron a Zeus sus rayos, a Poseidón su tridente y a Hades el casco que le hacía invisible. La imagen de los cíclopes como hábiles artesanos que ayudaban a Hefesto permaneció durante toda la Antigüedad. Horacio, poeta romano del siglo I a.c. se refirió en varias ocasiones a «las poderosas forjas de los cíclopes localizadas en el famoso volcán Etna. Según Virgilio, fue en lo más profundo del volcán donde forjaron la armadura de Eneas. Los muros de las ciudades griegas de Tiryns y Micenas habían sido construidos por los cíclopes.

 Homero presenta un retrato muy distinto de ellos en la Odisea. En su regreso de Troya, Odiseo llegó a una isla habitada por los cíclopes, quizá Sicilia. Se trataba de seres «confiados, sin leyes ni ideas sobre el cultivo de plantas, que confiaban en la gracia de los dioses». No tenían ninguna cualidad técnica, sino que eran pastores primitivos poco hospitalarios. El cíclope Polifemo, hijo de Poseidón, devoró a seis de los hombres de Odiseo y mantuvo al resto de la tripulación encerrada en una cueva con el objetivo de devorarlos cuando tuviese hambre. Odiseo, que le aseguró a Polifemo que su nombre significaba «nadie», lo emborrachó y le clavó en su ojo una estaca prendida. Cuando los otros cíclopes le oyeron gritar, le aseguró a sus compañeros que «nadie» le había clavado una estaca en el ojo, lo que hizo que todos creyesen que había enloquecido. Esto permitió a Odiseo y sus hombres huir de la cueva ocultos en las pieles de las ovejas.




  


DÉDALO


Dédalo fue un brillante inventor, técnico, arquitecto y artista ateniense. Hay muchas versiones sobre su linaje, pero probablemente se tratase de un miembro de la familia real de su ciudad de nacimiento. Sócrates (469-399 a.C.) llegó a afirmar que era descendiente de Dédalo.

 Su sobrino Talos (o Pérdix) fue a la vez su aprendiz y parece que fue más inteligente y mañoso que su maestro. Inspirado en un pez con una aleta recortada, inventó la sierra. También creó el primer compás y la primera rueda de alfarero. Dédalo tenía tanta envidia que expulsó a Pérdix de la Acrópolis, pero Atenea salvó al muchacho convirtiéndole en una perdiz.

 Dédalo debió salir de Atenas por su crimen, asentándose en Creta, donde hizo diversos trabajos para el rey Minos. Para su esposa Pasifae construyó una vaca hueca de madera para permitir que el toro blanco del que se había enamorado pudiera dejarla embarazada. Esta relación tan extraña dio como resultado el nacimiento del peligroso Minotauro, mitad hombre y mitad toro.

 Minos quedó tan avergonzado que le pidió a Dédalo que construyese el Laberinto, una red subterránea de túneles y cámaras con una única entrada y salida en la que quedó encerrado el Minotauro, que se alimentaba de carne humana. Los atenienses, que entonces debían pagar impuestos a los cretenses, tuvieron que sacrificar siete muchachos y siete muchachas para Minos cada año.

 Teseo mató finalmente al Minotauro con la ayuda de Ariadna, hija de Minos. Dado que Dédalo había ayudado a Ariadna, Minos le encerró junto con su hijo Icaro en el Laberinto. Dédalo sabía mejor que nadie que era imposible escapar de allí y como último recurso diseñó dos pares de alas compuestas de plumas y cera de abejas para su hijo y para él. Antes de despegar le pidió a Icaro que no volase ni demasiado bajo ni demasiado alto. El invento funcionó, pues los dos salieron volando como pájaros y consiguieron dejar Creta pasando las islas de Délos, Paros y Samos. Aunque Dédalo vigilaba los movimientos de su hijo, éste empezó a elevarse olvidando la advertencia de su padre y, al acercarse demasiado al Sol, la cera de sus alas empezó a derretirse, tal y como había señalado su padre. Ícaro se estrelló en el mar y se ahogó, tras lo cual su padre apenado le enterró en la isla que desde entonces llevó el nombre de Icaria.

 

  


ESFINGE

Se creía que la Esfinge era un monstruo femenino al que se le atribuía rostro de mujer; pecho, patas, y cola de león; y además tenía alas como un ave de rapiña.

 Se supone, en ciertas versiones que es hija de Equidna (la víbora con cuerpo de mujer, pero con cola de serpiente en lugar de piernas) y Ortro (perro de varias cabezas, que pertenecía a Geriones, y que fue asesinado por Heracles). En otras variantes es hija de Tifón (hijo menor de Gea y Tártaro).

 Hera envía a la Esfinge a Tebas, para castigar a la ciudad por el amor culpable que sentía Layo por Crisipo, hijo de Pélope (se cree que esta fue la primera relación homosexual). Así la Esfinge se estableció en una de las montañas al oeste de Tebas, y desde allí devoraba a todos los seres humanos que estuvieran a su alcance y atormentaba al país.

 Antes de comerse a los viajeros, les imponía acertijos imposibles de resolver, con la condición de que si los respondían, no los devoraría. Todos fallaban en la difícil empresa, hasta que llegó Edipo.

 El enigma más común de la Esfinge era: ¿Cuál es el ser que anda primero con cuatro, luego con dos, y después con tres patas y que se vuelve más débil según tenga más patas? Pero había otro que hacía también muy a menudo y era: Hay dos hermanas una de las cuales engendra a la otra, y ésta a su vez engendra a la primera. La respuesta al primero es el Hombre, pues gatea cuando niño, camina de adulto y de viejo anda bastón. La respuesta al segundo son el día y la noche, pues el día en griego es femenino.

Según cuenta la leyenda, Edipo sorpresivamente pudo resolver ambos enigmas. La Esfinge, entonces, despechada y vencida, se lanzó al vacío desde lo alto de una roca, y se suicidó. Ante esto, Tebas hace rey a Edipo y le piden que se case con su reina Yocasta, quien verdaderamente era la madre de Edipo.

 Otras interpretaciones narran que fue Edipo, quien una vez que respondió la adivinanza, atravesó al monstruo con su lanza, o lo empujó el mismo por el abismo.







HERACLES




Heracles o Hércules (en la mitología romana) era el más grande de los héroes de la mitología griega. Era hijo de Zeus y Alcmena, una reina mortal,

 

Los doce trabajos de Hércules.

En un ataque de locura provocado por Hera, Heracles mató a su mujer, a sus hijos y a dos de sus sobrinos con sus propias manos (otras versiones dicen que dejó a Megara con vida, y que cuando volvió en sí, no pudo seguir viviendo con ella y se la entregó a su sobrino Yolao). 

Al despertar y descubrir los terribles actos que había cometido, sintió un terrible dolor, y avergonzado, se aisló de la sociedad yéndose a vivir a tierras salvajes. Tras una larga búsqueda, fue hallado por su hermano Ificles, que le convenció de que fuera al Oráculo de Delfos.

 En penitencia por esta execrable acción, la sibila délfica le dijo que tenía que llevar a cabo una serie de diez trabajos dispuesta por Euristeo, el hombre que había usurpado su legítimo derecho a la corona y a quien más odiaba. 

Heracles realizó los diez trabajos con éxito, pero Hera, malmetiendo contra éste, convenció a Euristeo de que tachara de inválidos el segundo, en el que fue ayudado por su sobrino Yolao, y el quinto, ya que bien pensado, lo realizó para Augías.

 Debido a esto, Heracles tuvo que realizar dos trabajos más, sumando en total los doce (en realidad este elemento mítico no formaba parte de la leyenda en un principio: se añadió en un intento de explicar por qué el número de trabajos varía de diez a doce según las distintas versiones). 

El orden tradicional de los trabajos es:

 

  1. ·         Matar al León de Nemea y despojarlo de su piel.
  2. ·         Matar a la Hidra de Lerna.
  3. ·         Capturar a la Cierva de Cerinea.
  4. ·         Capturar al Jabalí de Erimanto.
  5. ·         Limpiar los establos de Augías en un sólo día.
  6. ·         Matar a los Pájaros del Estínfalo.
  7. ·         Capturar al Toro de Creta.
  8. ·         Robar las Yeguas de Diomedes.
  9. ·         Robar el cinturón de Hipólita.
  10. ·         Robar el ganado de Gerión.
  11. ·         Robar las manzanas del jardín de las Hespérides
  12. ·         Capturar a Cerbero y sacarlo de los infiernos.

 Según el Cronicón de Jerónimo de Estridón Heracles completó sus doce trabajos en el año 1246 a.C.









 


HIDRA



En la mitología griega la hidra era un antiguo y despiadado monstruo acuático con forma de serpiente policéfala  y aliento venenoso a la que Hércules mató en el segundo de sus doce trabajos.​ La Hidra poseía la virtud de regenerar dos cabezas por cada una que perdía o le era amputada,

La mitología dice que Hércules y su sobrino Yolao (Iolas) al llegar al lago de Lerna, refugio de la Hidra. y donde cuidaba una de las entradas al Hades, se cubrieron sus bocas y narices con una tela para protegerse del aliento venenoso de la Hidra. Hércules disparó flechas en llamas al refugio del monstruo (la fuente de Amimone) para obligarlo a salir. Entonces se enfrentó a ella con su espada y empezó a cortarle las nueve cabezas que tenía. Pero cada vez que se le cortaba una, otra renacía en el mismo lugar más fuerte que la anterior. Su sobrino le ayudó quemando el cuello de la cabeza cortada para que no renaciera otra. 

Al final, la Hidra murió sin cabezas y Hércules mojó las puntas de sus flechas con la sangre de la Hidra para que así fueran mortíferas.


    

  

 

                                          LA ILIADA



Sin duda alguna, una de las grandes epopeyas de la Grecia Clásica es la Ilíada, cuyo autor no se sabe a ciencia cierta quién es, pero se atribuye por mayoría al poeta Homero. Es una de las obras clásicas por excelencia, fuente de inagotables poemas, textos, novelas, canciones, obras teatrales, series y películas cinematográficas. 

Dentro del propio mundo griego, en su época la Ilíada y la Odisea se consideraban como las dos obras literarias más importantes e influyentes. Tanto es así, que ambas se utilizaban en los colegios con fines pedagógicos que transmitían los valores morales de la época.

La Ilíada es una epopeya griega, o lo que es lo mismo, un texto narrativo épico que suele estar escrito en verso, más o menos como si se tratase una canción antigua que cuenta las vivencias, hazañas y conquistas de un gran héroe, el cual se toma como modelo de conducta. 

El argumento o la temática central gira alrededor de la cólera de Aquiles, ya que el texto se centra en los hechos acontecidos durante los últimos años de la Guerra de Troya. De hecho, el nombre de la Iliada procede del nombre griego de la ciudad de Troya; esto es, Ilión.

Como ya hemos dicho anteriormente, la Ilíada narra la cólera de Aquiles, "el de los pies ligeros" (estaba considerado el más veloz de los humanos)y es precisamente así como da comienzo el relato, con el tremendo enfado del protagonistas porque el rey de los aqueos, Agamenón ha decidido quedarse la esclava favorita de Aquiles, Briseida. A modo de venganza, Aquiles decide retirar sus ejércitos, que participaban en el asedio a Troya, y el bando aqueo (griegos) se ve diezmado por los troyanos.

En este momento, Patroclo, primo y amigo íntimo de Aquiles decide ponerse las armaduras de Aquiles y enfrentar la batalla, con tan mala suerte que lucha directamente contra Héctor, hijo del rey troyano Príamo y príncipe de Troya, y acaba muriendo derrotado por Héctor.

Cuando Aquiles se entera de tal desventura, decide vengarse y luchar contra los troyanos hasta dar caza a Héctor, el asesino de su primo querido. Previamente, los troyanos no habían querido devolver el cadáver de Patroclo a Aquiles para que pudiese enterrarlo en paz, Entonces, cuando Aquiles mata a Héctor, ata el cadáver de este a su carro y lo arrastra por toda la playa de Troya, con el único fin de humillarlo.

Desolado por la desolación y la pérdida de su hijo amado, el rey Príamo baja a la playa de Troya, al campamento de los aqueos para suplicarle a Aquiles que le devuelva el cadáver de su hijo y así poder enterrarlo en paz. Ante tal acto paternal y sentimental, el héroe Aquiles se ve conmovido y decide darle al rey troyano lo que pide, ya que ambos están en la misma situación, es decir, llorando la muerte de uno de sus seres más queridos.

De esta forma se termina el relato de la Ilíada, con la reconciliación ante la devastación de la muerte de dos de los grandes personajes de la obra: el rey troyano Príamo, quien defiende su ciudad y su gente cueste lo que cueste, frente al todopoderoso Aquiles, quien tan solo buscar encontrar la fama eterna y que su nombre se repita a los cuatros vientos, de generación en generación, y así pueda perdurar en la eternidad.

Los personajes principales de La Ilíada

Aunque aparecen muchos personajes, lo cierto es que podemos hablar claramente de dos coprotagonistas: Aquiles y Héctor.

Dentro de la guerra de Troya nos encontramos con que Aquiles fue uno de los personajes más destacados. Aquiles tenía muchísimas cualidades en el terreno de la batalla y, por eso, su popularidad fue en aumento a medida que transcurría dicha guerra.

Fue un guerrero que tiene un origen mítico ya que, según cuenta la leyenda, cuando era un bebé su madre lo sumergió en el río Estigia y sus aguas encantadas hicieron que se convirtiera en inmortal. Sin embargo, la zona del talón de Aquiles no fue introducida en el agua, por eso, es el punto débil del guerrero quién muere cuando le disparan en esta parte del cuerpo.

Pero no podemos hablar de Aquiles sin hablar de su contrario: Héctor. Los dos son los grandes héroes de esta guerra que lucharon el uno contra el otro. Héctor era considerado el mejor guerrero de Troya y, por eso, fue el que más luchó contra la invasión de los griegos. Él es el responsable de la muerte de Patroclo, el mejor amigo de Aquiles, y por eso la lucha entre ambos guerreros se vuelve personal.

Con la muerte de Héctor, la guerra se convierte en una contienda mucho más íntima y personal y, por eso, los bandos empiezan a luchar con todas sus fuerzas. Héctor, a diferencia de Aquiles, no participa en la batalla por su honor sino para defender a su pueblo del ataque de Grecia.

Y junto a estos dos personajes centrales, en los versos de la Ilíada van a desfilar una multitud de personajes que configuran la trama de esta gigantesca obra.

Se podría resumir el argumento así:

"Helena era hija de Leda, la cual estaba casada con Tindáreo, rey de Esparta. Helena tenía muchos pretendientes, y Tindáreo estaba poco dispuesto a elegir uno, por miedo a que los otros tomasen represalias. Finalmente, uno de los pretendientes, Odiseo de Ítaca (Ulises en la mitología romana), propuso un plan. Hizo prometer a todos que defenderían a quien fuese elegido como esposo de Helena. Una vez efectuado el juramento, Tindáreo —o la propia Helena, según otra tradición— eligió a Menelao, y además le cedió el trono de Esparta. Por otra parte, su hermano Agamenón, casado con la hermana de Helena, Clitemnestra, ostentaba el trono de Micenas.

Enviado a hacer tratos diplomáticos a Esparta, Paris, hijo de Príamo, rey de Troya, aprovechó que Menelao tuvo que viajar a Creta para rendir honores fúnebres a su abuelo y, con la ayuda de Afrodita, raptó o sedujo a Helena. Juntos embarcaron rumbo a Troya, donde llegaron tras una larga travesía. Todos los reyes y príncipes de Grecia fueron llamados a cumplir su juramento y recuperarla.

La mayoría de los reyes griegos estuvieron dispuestos a ir a la guerra y a aportar naves y soldados. Finalmente, se reunió una flota de más de mil naves al mando de Agamenón.

Antes de que el grueso de la armada griega llegara a Troya, fue enviada a la ciudad una embajada en la que Odiseo y Menelao solicitaron a la asamblea de los troyanos la devolución de Helena junto a todas sus pertenencias. Los troyanos se negaron e incluso pretendieron matar a los enviados, que se salvaron gracias a la mediación del troyano Antenor. Tras este evento, los griegos llegaron a las playas de Troya, donde entablaron una primera batalla contra los troyanos que trataron de impedir el desembarco.​

Tras una batalla en la playa, los aqueos lograron imponerse. Los griegos sitiaron Troya durante nueve años. Durante ese tiempo, saquearon muchas ciudades de la zona. 

Agamenón  tomó a la concubina de Aquiles, Briseida. Por esta causa Aquiles se negó a continuar luchando en la guerra y pidió a su madre Tetis que intercediera para que Zeus favoreciera a los troyanos y causase males a los aqueos. Los siguientes días los griegos fueron duramente castigados en la batalla y los principales guerreros, salvo Áyax, fueron heridos gravemente. Los troyanos, capitaneados por Héctor, avanzaban sin parar sobre las posiciones griegas llegando incluso hasta las naves, las cuales comenzaron a prender fuego; lo hubiesen logrado a no ser por la resistencia de Áyax y la llegada de Patroclo.

En vista del peligro, Aquiles había dejado que su compañero Patroclo llevase su armadura y encabezase las tropas en la batalla. La llegada de Patroclo dio nuevos ánimos a los griegos y lograron expulsar a los troyanos de las naves. Sin embargo, Héctor dio muerte a Patroclo y se quedó con la armadura de Aquiles tras una ardua batalla que se había desencadenado alrededor del cuerpo sin vida de Patroclo. Cuando le llegó la noticia de lo sucedido, Aquiles juró venganza y retó y consiguió matar a Héctor. Después de celebrar unos juegos fúnebres en honor de Patroclo, Aquiles seguía dolido y continuaba dando tres vueltas cada día al cuerpo de Héctor alrededor de la pira funeraria de Patroclo. Finalmente Príamo, acompañado por Hermes, fue una noche en persona a suplicarle que devolviese el cuerpo de su hijo, con lo que se ablandó y aceptó una tregua de doce días mientras durasen los funerales de Héctor.

En otra versión bastante diferente de las anteriores, Aquiles fue asesinado en una emboscada que le tendió Paris con ayuda de su hermano Deífobo.

La armadura de Aquiles era motivo de disputa entre Odiseo y Áyax. Compitieron por ella, resultando vencedor Odiseo. Áyax, encolerizado, juró matar a sus compañeros pero, a causa de un ataque de locura que le había infundido Atenea, comenzó a matar animales de ganado, pensando que eran soldados griegos. Posteriormente, tras recobrar la cordura, se suicidó.

Después de la muerte de Paris (murió por las flechas lanzadas por Filoctetes con el arco de Heracles) otros dos hijos de Príamo, Deífobo y Héleno, disputaron por ser el nuevo esposo de Helena. Deífobo fue el elegido y Héleno, indignado, se retiró de Troya y se estableció en el monte Ida.

El cerco de Troya duró diez años. Los griegos idearon una nueva treta, un gran caballo de madera hueco. Fue construido por Epeo y lo ocuparon soldados griegos encabezados por Odiseo. El resto de la armada griega fingió partir y un espía griego, Sinón, convenció a los troyanos de que el caballo era una ofrenda a Atenea. A pesar de las advertencias de Laocoonte y Casandra, los troyanos introdujeron el caballo en la ciudad e hicieron una gran celebración y, cuando los griegos salieron del caballo, la ciudad entera estaba bajo el sueño de la bebida. Los guerreros griegos abrieron las puertas de la ciudad para permitir la entrada al resto de las tropas y fue saqueada sin piedad alguna.

Durante el saqueo, los griegos masacraron a la mayor parte de los troyanos y prendieron fuego a la ciudad. Casandra fue ultrajada por Áyax el Menor y arrastrada por este mientras ella se hallaba agarrada a la estatua de Atenea. Menelao mató a Deífobo y recuperó a Helena. El rey Príamo fue muerto por Neoptólemo en el altar de Zeus Herceo.​ Astianacte, hijo de Héctor, también fue asesinado por los aqueos, que lo arrojaron desde lo alto de una torre.

Después del saqueo, los griegos celebraron sacrificios a los dioses. Algunas de las mujeres troyanas que quedaron con vida fueron esclavizadas. Uno de los jefes troyanos que sobrevivió, Eneas, lideró un grupo de supervivientes, incluyendo a su hijo Ascanio, el trompetero Miseno, su padre Anquises y al médico Yápige. Su mujer Creúsa desapareció durante el saqueo de la ciudad. Huyeron de Troya en varios barcos, buscando establecerse en un nuevo hogar. Arribaron a varios países cercanos que no se mostraron hospitalarios, y finalmente les fue profetizado que debían volver a la tierra de sus antepasados. Primero lo intentaron en Creta, que Dárdano había colonizado, pero lo encontraron arrasado por la misma plaga que había expulsado a Idomeneo. Encontraron a la colonia dirigida por Héleno y Andrómaca, pero rehusaron permanecer ahí. Tras siete años llegaron a Cartago, donde Eneas tuvo un romance con Dido. Finalmente los dioses les ordenaron continuar (Dido se suicidó), y llegaron a Italia.

Aquí una profetisa le llevó al inframundo y predijo la grandeza de Roma, que sería fundada por su gente. Negoció un asentamiento con el rey local Latino, y se casó con su hija Lavinia. Esto desencadenó una guerra con otras tribus locales, pero finalmente se fundó el asentamiento de Lavinio. Su hijo Ascanio (hijo de Eneas o Creúsa o Eneas y Lavinia) fundó Alba Longa. Trescientos años después, según el mito romano, sus descendientes Rómulo y Remo fundaron Roma.

Terminada la guerra, solo unos pocos de los aqueos llegaron felizmente a su patria; algunos sufrieron grandes penalidades o fueron expulsados de sus reinos al llegar; otros naufragaron y otros navegaron errantes durante un tiempo hasta diferentes lugares del Mediterráneo como el sur de Anatolia, Libia, Tracia, Italia, Sicilia, Chipre y otras islas, donde se establecieron y fundaron ciudades.

Según la Odisea, la flota de Menelao fue empujada por tormentas hacia Creta y Egipto, de donde no pudieron continuar la navegación por la ausencia de vientos. Menelao tuvo que atrapar a Proteo, una deidad marina, para averiguar qué sacrificios a los dioses debían hacer para garantizarse una travesía segura. Proteo también dijo a Menelao que estaba destinado al Elíseo tras su muerte. Tras varios años errante, Menelao pudo regresar a Esparta con Helena.

Odiseo, después de diez años de viaje (narrados en la Odisea), llegó a Ítaca tras veinte años (los diez de la guerra y los diez de regreso). Durante su travesía estuvo en el país de los cicones, en el país de los lotófagos, en la isla de los cíclopes, la isla de Eolo, el país de los lestrigones, en la isla de Circe, en el país de los Cimerios, en la isla de Calipso y por último en el país de los feacios. Cuando llegó a Ítaca muchos pretendientes al trono que lo creían muerto entablaron una batalla contra Odiseo. Este, ayudado por Telémaco, Eumeo y Filetio pudo matar a los pretendientes y recuperó su reino.

Áyax el Menor murió mientras hacía su viaje de regreso a Lócrida: Atenea lanzó un rayo sobre su nave y Poseidón hundió la roca sobre la que Áyax había conseguido sujetarse.

Agamenón regresó a su hogar en Micenas. Su esposa Clitemnestra tuvo una relación con Egisto, hijo de Tiestes, primo de Agamenón. Posiblemente como venganza por la muerte de Ifigenia, Clitemnestra se conjuró con su amante para matar a Agamenón. Casandra pronosticó este asesinato y avisó a Agamenón, pero él la ignoró. Fue asesinado en un banquete o en su baño, según diferentes versiones. Casandra también fue asesinada. El hijo de Agamenón, Orestes, que había estado lejos, regresó y conspiró con su hermana Electra para vengar a su padre. Mataron a Clitemnestra y a Egisto. Orestes se casó con Hermíone y retomó Micenas, convirtiéndose en rey de todo el Peloponeso.



 

 

 LA ODISEA



La Odisea empieza en Grecia años después de la Guerra Troyana. Odiseo (o Ulises, la versión latinizada de su nombre), el rey de Ítaca, no ha logrado volver a casa y muchos creen que está muerto. Sabemos desde el principio del cuento que eso no es la verdad. Se lo llevaron preso a la isla de la diosa Calipso. De hecho, es prisionero del amor. Además, Poseidón, el dios del mar, no está contento con Odiseo y no está dispuesto a dejarle volver a casa.

En Ítaca, la esposa de Odiseo, Penélope, es asediada de pretendientes que quieren casarse con ella ahora que su esposo no está. Durante el día teje y teje durante horas, ya que ha prometido casarse cuando termine su labor; pero, durante la noche, desteje todo lo que ha tejido durante el día.

La diosa Atenea, quien ha sido siempre una amiga de Odiseo, guía a su hijo, Telémaco a que vaya en busca de información sobre su padre.

Primero, Telémaco va a Pilos para visitar al rey Néstor, que le da una muy buena acogida, le da de comer y le dice que vaya a ver al rey Menelao en Esparta. El príncipe itacense lo hace y se entera de que su padre está vivo y de que es prisioner de la diosa Calipso en la isla de Ogigia. Allí, Calipso (hija del titán Atlas) intentó que Odiseo olvidara su vida anterior, y le ofreció la inmortalidad y la juventud eterna si se quedaba con ella en a isla. Pero el héroe se cansó pronto de sus agasajos, y empezó a añorar a su esposa: Penélope. 

Viendo esta situación, Atenea intervino y pidió a Zeus que mandase a Calipso que dejara marchar a Odiseo. Zeus envió a su mensajero Hermes, y Calipso, viendo que no tenía más opción que obedecer, dio a Odiseo materiales y víveres para que se construyera una balsa y continuara su viaje. Algunas leyendas cuentan que Calipso terminó muriendo de pena.

La balsa de Odiseo se choca en la tierra de los feacios, donde lo ayuda Atenea, quien hace que la princesa se enamore de Odiseo y que convenza a sus padres que le den comida y refugio. A cambio por su ayuda, los feacios le piden que cuente su historia y aquí se empieza el largo cuento de las aventuras de Odiseo durante los años posteriores a la guerra.

Odiseo salió de la Guerra de Troya con una nave llena de itacenses. Primero llegaron a una tierra extranjera y saquearon el pueblo. Unos días de tormentas más tarde, llegaron a la tierra de los lotófagos, donde los hombres comen el loto y se olvidan de sus casas y sus familias. Luego a la isla de los cíclopes, monstruos enormes con un solo ojo. Por desgracia, los itacenses se encuentran en la cueva de Polifemo, uno de estos monstruos, quien bloquea la salida con una piedra grande y se come a algunos de los hombres. Odiseo, sin embargo, mantiene la calma y le dice al cíclope que su nombre es "Nadie", lo emborracha y el monstruo se duerme. En la noche, Odiseo y sus compañeros afilan un palo grande y ciegan a Polifemo con él. El monstruo llama a los otros, "¡Nadie me ha arruinado!", lo cual los hace pensar que nadie ha lastimado a su compañero.

Pero todavía queda el problema de salir de la cueva. Odiseo ata a sus hombres a los estómagos de las ovejas de Polifemo. Cuando el cíclope mueve la piedra para dejar que salga el rebaño, toca los dorsos de las ovejas para asegurar que no hay nadie escapándose y así lo engañan otra vez. Por desgracia, cuando está huyendo en su nave, Odiseo revela su nombre mientras se mofa del cíclope. Resulta que Polifemo es el hijo de Poseidón y ora a su padre, el dios del mar, y le pide que Odiseo sufra. Y que sufra más y que pierda a sus compañeros y que tal vez muera. Ésta es la razón por la que Poseidón odia a Odiseo tanto.

Odiseo sigue con su historia. Él y sus compañeros llegan a la isla de Eolo, el dios de los vientos. Eolo los ayuda y pone todos los vientos menos el poniente en una bolsa, de modo que los marineros vayan directamente a Ítaca. Por desgracia, Odiseo no les dice a sus compañeros qué hay en la bolsa. Creen que es un tesoro y la abren durante el viaje de vuelta, y se ven enfrentados a tempestades de nuevo.

Luego llegan a la tierra de Circe, una hechicera que convierte a muchos de los hombres en cerdos. Con la ayuda de los dioses, Odiseo logra convertirlos en hombres de nuevo. Circe termina enamorándose de Odiseo y lo ayudará en su viaje de regreso a casa  después de vivir juntos en la isla durante un año.

Circe baja al infierno para recibir los consejos del profeta Tiresias. Tiresias le profetiza que Odiseo llegará a casa pero con mucha dificultad. Odiseo habla con otras personas famosas que han muerto, como sus amigos de la guerra Aquiles y Agamenón. Encuentra también al espíritu de su madre, que se murió por de la pena que le causó la larga ausencia de su hijo.

Continúan su viaje de regreso a Ítaca y se encuentran con las Sirenas, mujeres monstruosas con voces hermosas que pretenden atraer a los marineros hasta su muerte. Odiseo será el primer hombre que las oye cantar y que vivirá para contarlo. Ordena que sus compañeros se tapen los oídos y que lo aten al mástil para que pueda oír la canción de las Sirenas. Luego hay dos monstruos aterradores que son, por coincidencia, femeninos: Escila y Caribdis. Como predijo Circe, seis itacenses pierden la vida a causa de Escila, que tiene seis cabezas. Los marineros también se escapan de Caribdis, un monstruo marino enorme que traga el mar y luego lo vomita.

Los itacenses aterrizan en la isla de Helios, el dios del sol. Allí están sus vacas muy especiales. A pesar de haber recibido varios avisos de no comer las vacas —uno de Tiresias y otra de Circe— lo hacen, empujados por el hambre. Todos los hombres mueren en una tormenta, excepto Odiseo, quien se encuentra en la isla de Calipso por los siguientes siete años.

Así termina la historia de Odiseo como la narra a los feacios. Están tan conmovidos que le dan muchos tesoros y lo llevan a Ítaca. 

Una vez ahí, Atenea le pone un disfraz para que pueda enterarse de la situación sin ser reconocido. Solamente su perro Argos reconoce bajo aquel disfraz a su dueño. Odiseo  pide ayuda al encargado de sus puercos, Eumeo, quien lo recibe y le da una cama para la noche. Mientras, Atenea vuela a Esparta para encontrar a Telémaco y llevarlo a casa.

Cuando vuelve el príncipe, Odiseo se da  a conocer a su hijo. Odiseo viaja al palacio, todavía disfrazado como mendigo. Habla con Penélope y, sin revelar su identidad, trata de convencerla de que Odiseo va a volver pronto. Ella no lo cree. Odiseo aprovecha de esta oportunidad para ver cuáles de los sirvientes aún son fieles y cuáles están en el lado de los pretendientes.

Penélope está cansada de esperar tanto y les ofrece una prueba a los pretendientes. Inventa una competencia de fortaleza física y declara que se casará con el ganador. Los pretendientes tienen que encordar el arco de Odiseo y lanzar una flecha por los cabezales de doce hachas. Muchos pretendientes lo intentan y no tienen éxito, hasta que el mendigo (es decir, Odiseo disfrazado) pide la oportunidad de intentarlo. Tiene éxito, se quita el disfraz y, con la ayuda de Telémaco, unos sirvientes leales y la protección de Atenea, mata a todos los pretendientes en una masacre sangrienta.

Odiseo y su esposa se reúnen  de nuevo después de tantos años. Pero, ocurre que Odiseo acaba de matar a muchos de los nobles jóvenes de Ítaca y sus padres están furiosos. Odiseo sale del palacio, se reúne con su padre Laertes y se esconde mientras los padres buscan la venganza. Entonces, interviene de nuevo Atenea, que consigue serenar los ánimos y calmar la sed de venganza de los enfurecidos padres.

El relato termina con Odiseo y Penélope, felices y viviendo juntos durante muchos años.

 






MEDUSA

 


La única mortal de las tres gorgonas. Medusa es la Gorgona por excelencia y a veces se llama Gorgona a Medusa por antonomasia.

 Las Gorgonas habitaban en el extremo Occidente, cerca del reino de los muertos. Sus cabezas estaban pobladas por serpientes, tenían colmillos de jabalí, manos de bronce y unas doradas alas que les permitían volar. De sus penetrantes ojos salían chispas y quien los miraba se convertía en piedra.

Las gorgonas eran unos monstruos temidos por mortales e inmortales. Tan solo Posidón se atrevió a unirse con Medusa, dejándola embarazada.

 Perseo fue en busca de Medusa para matarla. Encontró su guarida y, gracias a las sandalias aladas de Hermes, se elevó en el aire y le cortó la cabeza mientras dormía. Para no mirar a los ojos de Medusa, utilizó su escudo como espejo.

 Del cuello de Medusa salieron entonces los hijos de Posidón: Pegaso y Crisaor.

 Atenea puso la cabeza de Medusa en su escudo para convertir en piedra a los enemigos que lo miraran.


 

 


MUSAS

 


Las musas son divinidades femeninas que presiden las artes y las ciencias, e inspiraban a los filósofos y a los poetas.

 Aunque su número varíe según los autores, por lo general se acepta que son nueve, nacidas de nueve noches seguidas de amor entre Zeus y Mnemósine, una de las titánidas. Las musas son por lo tanto nietas de Urano, el Cielo, y Gea, la Tierra.

 Estas diosas se presentan como cantantes en las fiestas de los dioses, y forman parte del séquito de Apolo. Su primer canto fue el de la victoria de los dioses del Olimpo sobre los Titanes y el establecimiento de un nuevo orden cósmico. Se decía también que acompañaban a los reyes, dándoles las palabras necesarias para gobernar, inspirándoles sabiduría y otorgándoles la virtud de la justicia y la clemencia, con la que se ganaban el amor de sus súbditos.

 Las musas se encontraban con frecuencia en el monte Parnaso, que estaba consagrado a Apolo. A los pies de este monte se encontraba la fuente Castalia, en la que los artistas se purificaban antes de entrar al templo del dios. También tenían un santuario en el Helicón, la montaña más alta de Beocia, donde se encuentra la fuente Hipocrene, que surgió de una coz del caballo alado Pegaso.

 La mayor y más distinguida de las musas es Calíope, que presidía la elocuencia y la poesía épica. Era representada con un estilete y una tabla de escritura. Varias leyendas la presentan como la madre de los cantores Orfeo y Linus.

 Clío es la musa de la historia y de la poesía heroica. Se dice que fue quien introdujo el alfabeto fenicio en Grecia. Es también la madre de Jacinto, compañero de Apolo. Se la representa con frecuencia sosteniendo un rollo de pergamino.

 Erato es la musa de la poesía amorosa, además de la mímica. En el arte se la muestra con una lira.

 Euterpe es la musa de la poesía lírica y de la música. Se le atribuye la invención de la flauta doble, con la que es representada.

 Melpómene es la musa del teatro trágico. Usa los coturnos tradicionales de los actores, y es representada con un cuchillo en una mano y la máscara trágica en la otra.

 Polimnia preside los himnos sagrados y la elocuencia. Aparece con frecuencia en una actitud meditativa, con la mirada seria y un codo apoyado en una columna. A veces se la muestra con un dedo sobre la boca, simbolizando el silencio y la discreción.

 Terpsícore es la musa de la danza y de los coros dramáticos. Se la representa sentada con una lira en las manos. Varias leyendas le atribuyen la maternidad de las sirenas.

 Talía preside el arte de la comedia y de la poesía pastoral. Sus atributos son la máscara de la comedia y el cayado de pastor.

 Urania es la protectora de los astrónomos y los astrólogos. En el arte aparece con una esfera en la mano izquierda y una espiga en la derecha. Está vestida con un manto cubierto de estrellas y mantiene la mirada hacia el cielo.


 

 


NINFAS

 



Durante la época homérica, se cree que las ninfas eran hijas de Zeus. Son consideradas divinidades secundarias a las que se les pueden hacer plegarias, pero que también pueden resultar temibles.

 Ellas son doncellas que habitan en la campiña, el bosque y las aguas. Normalmente se las encuentra en grutas donde se entretienen cantando y bailando. Es común que sean el séquito de algún dios o diosa más importante, como Artemisa en particular, o de otra ninfa de más alto nivel, como Calipso o Circe.

 Hay diferentes categorías de ninfas de acuerdo con el lugar donde viven. Así están las Ninfas de los Fresnos, o Melíades, que parecen ser las más antiguas. Son hijas de Urano. Las Náyades que viven en las fuentes y las corrientes de agua. Por su parte, las Nereidas son ninfas del mar en calma. También existen las Oréades, que viven en las montañas y en las florestas habitan las Alseides.

 


 


PANDORA

 


Según el mito hesiódico, Pandora es la primera mujer, como Eva en la religión judeocristiana. Hefesto (dios del fuego) la modeló a imagen y semejanza de las inmortales, y obtuvo la ayuda de Palas Atenea (diosa de la sabiduría). Zeus ordena su creación para castigar a la raza humana, porque Prometeo se había robado el fuego divino para dárselo a los hombres.

 Cada dios le otorgó a Pandora una cualidad como la belleza, la gracia, la persuasión, y la habilidad manual, entre otras; pero Hermes (mensajero de los dioses, e intérprete de la voluntad divina) puso en su corazón la mentira y la falacia.

 Según Los Trabajos y Los Días de Hesíodo, había una jarra que contenía todos los males. Pandora apenas la vio, la abrió y dejó que los males inundaran la tierra. Para cuando logró cerrar la jarra, lo único que quedaba adentro era la esperanza, por lo que los humanos no la recibieron. De este mito proviene la expresión ‘abrir la caja de Pandora’. En esta tradición, Pandora representa la perdición de la humanidad al igual que Eva.

 De acuerdo con otra tradición, la jarra contenía más bien todos los bienes y Zeus se la entrega a Pandora, para que se la regale a Epimeteo el día de su boda, pero ella la abrió imprudentemente, y todos los bienes se escaparon y volvieron al Olimpo (lugar donde viven los dioses), dejando a los hombres afligidos por todos los males, con el único consuelo de la esperanza.




 


QUIMERA

 


La Quimera es otro animal fantástico de la mitología griega. Era hija de Tifón (hijo menor de Gea) y Equidna (la víbora).

 Es una mezcla entre la cabeza de un león, busto de cabra y cola de serpiente, aunque también se la ha representado con varias cabezas, una de cabra y otra de león. Lo más aterrador de esta criatura es que expulsaba fuego por la boca, por lo que resultaba casi invencible y sumamente peligrosa.

 El rey de Caria, Amisodares la crió y su lugar de residencia era Pátara.

 La Quimera asustaba con su fuego y cometía pillaje, robándose los rebaños en la ciudad de Licia. Por esto, el rey Yóbates le pide a Belerofonte (héroe griego, hijo de Poseidón) que la mate. Además, el rey tenía la doble intención de deshacerse de Belerofonte pues su hijo se lo pide en una carta.

 Belerofonte que era favorito de los dioses, fue a luchar con la Quimera acompañado del caballo alado Pegaso (hijo de la Gorgona y Poseidón). Se cuenta en la leyenda que Belerofonte, haciendo uso de su astucia, puso un trozo de plomo en la punta de su lanza.

 Al enfrentarse con el fuego de la Quimera, hizo que se calentara el plomo y éste matara a la bestia.

 



 


SÁTIRO

 

El sátiro era una criatura de los bosques que, junto a las Ménades, formaba parte del séquito de Dioniso. Era una criatura sensual, poco fiable y con un comportamiento impredecible y caprichoso. Su aspecto era el de un ser pequeño con rasgos animales y mucho pelo. A veces tenía patas de caballo y pezuñas, algo que le igualaba a los centauros, y frecuentemente tenía cuernos y patas de cabra que le hacían similar al dios Pan, cuyo carácter era muy parecido.

 La ocupación favorita de los sátiros era perseguir a las ninfas en el paradisíaco ambiente que les rodeaba. Algunos, no obstante, tenían ambiciones superiores, y por ejemplo Marsias tenía fama de ser un gran flautista. Estaba tan seguro de su virtuosismo que en cierta ocasión decidió competir con Apolo, pero éste estaba muy por encima de él y le venció sin dificultad.

 Las Dionisias, festivales dedicados a Dioniso en Atenas, eran la gran ocasión para visitar el teatro. Los sátiros tenían un carácter cómico y daban origen a las «obras satíricas» o sátiras, de carácter burlesco y que se intercalaban entre las grandes tragedias. Al final de cada drama se representaba una de ellas con un sátiro para hacer reír a la audiencia.




 


SIRENAS

 


Las sirenas, dentro de la tradición griega eran genios marinos, mitad mujeres y mitad aves. Su ascendencia no está clara. .

 La primera mención que se conoce de las Sirenas es en La Odisea, cuando Odiseo se enfrenta a su canto en el mar. Aquí aparecen sólo dos, pero otras tradiciones hablan de tres: Pisínoe (Parténope), Agláope (Leucosia), y Telxiepia (Ligia) o incluso de cuatro: Teles, Redne, Molpe, y Telxíope.

 De las sirenas se sabe que su especialidad era la música. Se cree que una tocaba la lira, otra cantaba y la otra tocaba la flauta.

  De acuerdo con el mito más difundido, vivían en una isla del Mediterráneo que tradicionalmente es ubicaba frente a la costa italiana meridional, más específicamente frente a la Isla de Sorrento y con la música que tocaban atraían a los marinos, que aturdidos por el sonido, perdían el control del barco que se estrellaba contra los arrecifes. Entonces las Sirenas devoraban a los imprudentes navegantes.

 Varios héroes pasaron por su isla incólumes, gracias a ardides o a la ayuda de algún dios. En el caso de los Argonautas, se cuenta que pasaron muy cerca de la isla de las sirenas, pero que Orfeo, que tenía fama de cantar maravillosamente (héroe griego) hizo uso de su talento con tanta armonía y tan melodiosamente, que no las escucharon por lo que se salvaron de su terrible destino. Butes (uno de los argonautas) no pudo soportar la tentación y se lanzó al mar, pero Afrodita lo rescató.

 De igual manera, Odiseo (Ulises), fecundo en ardides, cuando se iban acercando a la isla temida, por consejo de Circe, ordenó a sus hombres que se taparan los oídos con cera, y él que no podía con la curiosidad de escucharlas, se hizo amarrar al mástil, con orden de que pasara lo que pasara, no lo desataran. Al escuchar los cantos de las sirenas quiso soltarse pero sus compañeros no se lo permitieron. Cuenta la leyenda, que las sirenas devastadas por su fracaso, se lanzaron al mar y murieron ahogadas.

 Posteriormente, las sirenas pasaron a ser consideradas divinidades del más allá, y se suponía que cantaban para los bienaventurados en las Islas Afortunadas. Fue así como pasaron a representar las armonías celestiales y es así como las dibujan en los ataúdes y sarcófagos.







SÍSIFO


 En la mitología griega, Sísifo fue fundador y rey de Corinto. Es conocido por su castigo: empujar cuesta arriba por una montaña una piedra que, antes de llegar a la cima, volvía a rodar hacia abajo, repitiéndose una y otra vez el frustrante y absurdo proceso.

 El término «trabajo de Sísifo», que se utiliza en la actualidad para describir un trabajo duro que debe de hacerse una y otra vez, tiene su origen en el castigo de Sísifo.

 


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