domingo, 24 de mayo de 2020

ARTE ÍBERO


El íbero es el gran pueblo prerromano de la Península por excelencia. Pese a ser eclipsado por otras civilizaciones, el pueblo íbero, que dio su nombre a nuestra Península, fue un pueblo avanzado para su época aunque quedó eclipsado por otras civilizaciones aún más poderosas cultural o militarmente, hasta remansarse y fundirse definitivamente con el mundo romano.

Profesor de Historia, Geografía y Arte: Hispania preromana y romana



Cronológicamente se sitúan en la Segunda Edad del Hierro, en la formación durante el Siglo V a.C., llegando a su apogeo sobre el Siglo IV a.C. Su situación geográfica fue el Levante y Sur de la península, la costa del mediterráneo, penetrando hacia el interior hasta la Meseta. Fueron pueblos independientes con cultura similar, que se organizaban en tribus, muchas de ellas gobernadas por un rey o Régulo, siendo los nobles propietarios de las mejores tierras.

Su arte, del que nos han llegado suficientes obras para su conocimiento, es de una gran complejidad por la influencia cultural de los pueblos colonizadores orientales que se habían instalado en ella con anterioridad, como los fenicios y los griegos y también  por la tradición dejada por los tartesios.

La manifestación artística más importante dentro del arte íbero es, sin duda, la escultura.

La mayor parte de los hallazgos nos muestran una escultura ibera realizada en piedra y que ha aparecido normalmente aislada, sin relación con la arquitectura. Se trata, sobre todo, de escultura funeraria, y en menor medida, procedente de santuarios.

Los más importantes hallazgos se realizaron en el Cerrillo Blanco de Porcuna (Jaén), excavado entre los años 1975 y 1979. Allí aparecieron figuras de guerreros luchando, y por último, figuras animales, algunas sedentes y otras luchando con otros animales o con cazadores.

Por otro lado, existe un tipo de escultura que muestra una fuerte influencia del arte griego, y cuyos mejores ejemplos son la famosa Dama de Elche, descubierta en 1897 en La Alcudia (Elche), o la Dama de Baza, hallada en 1971 en Baza (Granada). En ambos casos parece tratarse de mortales y no de diosas, y funcionarían como urnas funerarias que albergarían las cenizas en un hueco de la parte posterior. Ricamente ataviadas, han perdido prácticamente toda la policromía, y en el caso de la de Elche, incluso el trono.
Existe otro tipo de esculturas que representan damas oferentes; entre ellas cabe destacar la Gran Dama Oferente del Cerro de los Santos (Albacete), conservada en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Esta figura ofrece un vaso como exvoto, de contenido desconocido, y viste unos ropajes similares a los de las damas de Elche y Baza: camisa, túnica, manto y collares sobre el pecho. Al igual que en estas piezas, se percibe una tosquedad en el tratamiento escultórico, pues la figura no se despega del bloque prismático que la contiene. Toda la atención parece ir enfocada, en cambio, hacia el rostro y las manos.

En ese mismo yacimiento se encontró también la llamada Bicha de Balazote, una escultura que representa un toro con cabeza humana y cuernos. Muestra una clara influencia hitita en esa síntesis entre animal y hombre. Se percibe también el esfuerzo del escultor por plasmar la osamenta y los volúmenes del cuerpo, así como las barbas y los bigotes. Parece ser que formaba parte de un sillar, por lo que se trataría de una escultura que formaría parte de la torre funeraria, como en el caso de

La cerámica

Alrededor del siglo V a. C. aparece un tipo de cerámica ibera caracterizada por motivos ornamentales como ondas, zigzag y círculos, que muestra una estrecha relación con las cerámicas griega e itálica. La mayor parte de estos restos han sido hallados en el litoral mediterráneo, lo que demostraría su creación cerca de las colonias griegas de la costa.

También como resultado de esa influencia helena se desarrolló una cerámica decorada con figuras, animales (toros, ciervos, grifos…) o humanas (en escenas de guerra, cacerías, danzando, y en otros casos, versiones de los mitos griegos, adaptados a la cultura ibera). En estos casos la decoración aparece en frisos corridos, delimitados por franjas de estilizada decoración geométrica.
Los iberos daban forma a su cerámica con el torno de alfarero (que asimilaron desde la colonización fenicia), y para su cocción utilizaban hornos de cámara. Hacia el siglo IV a. C. la cerámica ibera alcanzó su momento de esplendor, fabricándose piezas finas y difundiéndose métodos de producción rápida.

GALERÍA


DAMA DE ELCHE


La Dama de Elche es una escultura íbera realizada en piedra caliza entre los siglos V y IV a. C. Se trata de un busto que representa una dama, ricamente ataviada, cuyo rostro muestra unas facciones perfectas. En la cabeza lleva un tocado compuesto por una tiara cubierta por un velo, una diadema sobre la frente y, en los laterales, dos rodetes que enmarcan el rostro y en los que iría recogido el peinado.

La espalda y los hombros aparecen cubiertos con un manto que, en su parte frontal, deja al descubierto tres collares con anforillas y porta-amuletos, pendientes de placas e ínfulas a los lados del rostro y una fíbula que cierra la túnica. En la parte posterior posee una oquedad que sugiere su posible uso como urna funeraria. Originalmente estuvo policromada y con los ojos rellenos de pasta vítrea.


La pieza fue hallada casualmente en 1897 en el yacimiento de La Alcudia (Elche, Alicante) y, tras el interés mostrado por el hispanista francés Pierre Paris, fue comprada por el Museo del Louvre. En 1941, fruto de un intercambio de obras de arte entre España y Francia, regresó junto con otras obras y se depositó en el Museo del Prado, y en 1971 pasó a formar parte de los fondos del Museo Arqueológico Nacional de España, en Madrid.




DAMA DE BAZA

La Dama de Baza es una escultura íbera del siglo IV a. C., labrada en piedra caliza policromada por los bastetanos. Se encuentra expuesta en el Museo Arqueológico Nacional de España, en Madrid.

Esta obra fue encontrada el 22 de julio de 1971 por el arqueólogo Francisco Presedo en el Cerro del Santuario, necrópolis de la antigua Basti (Baza), en la provincia de Granada (España).


Estaba dentro de una cámara funeraria de 2,60 m² y 1,80 m de profundidad, donde había además un ánfora púnica que se comunicaba con la superficie por medio de un embudo, a través del cual seguramente se hacían desde el exterior, libaciones como ofrendas líquidas. Esto indica que se profesaba culto a la persona allí enterrada.


DAMA OFERENTE DEL CERRO DE LOS SANTOS


La Dama Oferente es una escultura ibérica del siglo III o II a.C. Se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid (España). Evidencia el papel de la mujer aristócrata en los ritos religiosos de los iberos.

Se trata de una figura femenina de 1,35 m de altura realizada en piedra caliza que se encontró antes de 1870 en el santuario de la cultura ibérica situado en el Cerro de los Santos, en Montealegre del Castillo (Albacete, España). En el mismo yacimiento se encontró un elevado número de exvotos y esculturas, en piedra, de hombres y mujeres en posturas oferentes. La cronología del yacimiento se entiende desde el siglo IV a.C. hasta la época romana.


BICHA DE BALAZOTE

La Bicha de Balazote es una escultura ibera encontrada en el término municipal de Balazote, en la provincia de Albacete. Quién primero la estudió fue un grupo de arqueólogos franceses, los cuales la identificaron como una especie de cierva; de ahí que biche fuera su primera denominación, castellanizándose posteriormente a bicha. Ha sido datada en el siglo VI a. C. Se encuentra depositada en el Museo Arqueológico Nacional de España (situado en Madrid) desde 1910.

Existen pocos datos sobre su hallazgo. Se sabe que fue encontrada en el paraje de los Majuelos, a escasa distancia del núcleo urbano. Recientes excavaciones en la vega de Balazote descubrieron un túmulo ibérico que permite situar tan singular pieza en el contexto de una necrópolis tumular a la que probablemente perteneció. Cerca del lugar también se rescataron importantes mosaicos de una villa romana.

Es una de las muestras escultóricas emblemáticas del Arte íbero.



  

 SEPULCRO DE POZO MORO

El sepulcro de Pozo Moro es un monumento funerario turriforme de origen ibero datado hacia fines del siglo VI a. C., que fue encontrado en la población albaceteña de Chinchilla de Montearagón. Actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de España, en Madrid.

  

 LEÓN DE NUEVA CARTEYA

El León de Nueva Carteya es una escultura íbera encontrada a seis kilómetros de Nueva Carteya, en la provincia de Córdoba, España. Actualmente la pieza se expone en el Museo Arqueológico de Córdoba.

La figura está realizada en piedra caliza y, aunque su cronología es discutida, la mayoría de los historiadores coinciden entre el siglo VI y V a. C.​ Alberga una longitud de 114,5 centímetros, una altura de 61 centímetros y un grosor de 23 centímetros.


 


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