jueves, 30 de abril de 2020

MARISCAL PEDRO DE NAVARRA



Pedro de Navarra y Lacarra (Reino de Navarra, . 1454 - Castillo de Simancas, 1523) fue un noble y militar navarro titulado V vizconde de Muruzábal de Andión, I señor de Cortes y VII Gran Mariscal perpetuo de su país, por lo cual pasó a ser el jefe supremo del ejército real en la guerra de la conquista de Navarra, y líder de los agramonteses durante la guerra civil del reino.

Pedro de Navarra había nacido hacia 1454 en el Reino de Navarra siendo hijo del mariscal Pedro de Navarra y Peralta (1425-1471) y de su esposa Inés Enríquez de Lacarra (n. ca. 1428). Siendo aún muy joven, su hermano Felipe, sucesor de su padre, fue asesinado en 1480 a manos de Luis de Beaumont, II conde de Lerín, y debido a que su aliado y pariente el condestable mosén Pierres de Peralta era demasiado mayor para asumir la jefatura del bando agramontés, sucederá a su hermano siendo séptimo mariscal del reino, o bien, cuarto de su linaje.

Ya en julio de 1512 cuando los reyes de Navarra dejan Pamplona para pasar a Francia como consecuencia de la entrada del duque de Alba, acompaña a los reyes navarros este mariscal Pedro de Navarra y el condestable Alonso de Peralta con otros caballeros navarros como don Juan de Jaso, padre de san Francisco Javier.

En la segunda ocasión, en 1516, el mariscal Pedro de Navarra pasó desde la Baja Navarra con 1.200 hombres. En el Roncal se le unieron 120 roncaleses. En aquellos desfiladeros le esperaban tropas castellanas (ya, españolas) al mando del coronel Cristóbal Villalba, que derrotaron a la columna atacante e hicieron prisionero al mariscal.

Primero fue llevado preso a la fortaleza de Atienza. Allí el 29 de mayo de 1518, en nombre de Carlos I de España se le hizo una oferta de perdón, a cambio de jurar fidelidad. Su negativa fue por escrito con las siguientes palabras:

Una vez más suplico, con toda humildad posible a su Majestad, se sirva demostrar conmigo la magnificencia que ha de esperarse de semejante Majestad, devolviéndome la libertad entera y el permiso de ir servir a quien estoy obligado. La fidelidad, la limpieza que su Alteza quiere y estima de sus servidores, yo podré guardarla a los míos, y por ello me tornaré cautivo y esclavo de su servicio”.

Fue trasladado a la prisión de Simancas. El 24 de noviembre de 1522, mientras su hijo luchaba en el asedio de la fortaleza de Fuenterrabía, fue encontrado moribundo en su celda con dos cortes aparentemente obra de su mano en intento de suicidio. Finalmente moriría en el castillo a principios de 1523.Sus restos descansan en la "cripta de los Mariscales", en la iglesia de San Pedro de la Rúa (Estella).




martes, 28 de abril de 2020

BATALLA DE NOÁIN





La batalla de Noáin (el 30 de junio de 1521) fue la única gran batalla campal que tuvo lugar durante la conquista de Navarra por parte de Castilla y Aragón. En ella se enfrentaron las tropas del ejército navarro que tenían el apoyo del francés, que habían reconquistado Navarra, al ejército castellano.
Aquellas fueron derrotadas, acabando con ello las posibilidades de que los Albret recuperasen el territorio navarro de la parte sur de los Pirineos, dejándoles Carlos I en 1528, por motivos estratégicos (difícil de defender), la soberanía de la Baja Navarra.

Antecedentes

Tras la conquista de Navarra por Fernando el Católico en 1512, en 1515 se habían producido tres intentos de recuperar el reino por parte de sus reyes. En 1521, era la tercera ocasión, reinando Enrique II de Navarra "el Sangüesino", que intentó aprovechar la sublevación de los comuneros contra Carlos I, pensando que el poderoso ejército castellano no podría reaccionar.

Para ello envió un ejército que entró por el norte, al mando del general André de Foix (Señor de Lesparrou), con 12.000 peones, 800 lanzas y 29 piezas de artillería. Además se produjo un levantamiento de la población de varias ciudades, como Pamplona, Estella, Tafalla y Tudela, logrando expulsar a los castellanos de toda Navarra.

Una vez reconquistada Navarra, André de Foix con el grueso de las tropas se dirigió hacia Logroño, ya fuera del reino, sitiándolo. Mientras tanto, Castilla se reorganizó con tres cuerpos de ejército. El 11 de junio se inició la retirada hasta llegar el 30 de junio a la explanada de Salinas de Pamplona, donde se produjo la batalla.

Desarrollo de la batalla

La batalla ocurrió en Salinas de Pamplona, en una amplia llanura junto a Noáin y Pamplona. Las tropas castellanas estaban formadas por más de 30.000 hombres al mando de don Iñigo Fernández de Velasco, Conde de Haro, Condestable de Castilla, Duque de Frías, Corregente de Castilla, y de don Antonio Manrique de Lara, Duque de Nájera y Virrey de Navarra.

Las tropas del ejército castellano fueron reclutadas de la siguiente forma: unos 7.000 hombres del Condestable de Castilla; unos 5.000 de los territorios de Vizcaya, Álava y Guipúzcoa, en este último caso tras la reducción de los vecinos sublevados por parte de Ignacio de Loyola; unos 4.000 aportados por el conde de Lerín; entre 1.000-1.200 soldados de cada una de varias ciudades, como Segovia, Valladolid, Palencia, Burgos, Salamanca y Toro; 800 por Medina del Campo y 500 de Ávila, y en menor medida de otras ciudades. Además de las tropas aportadas por los miembros de la nobleza, sus deudos y allegados. En muchos casos, el reclutamiento fue realizado entre los vencidos de la Guerra de las Comunidades.

Las tropas franco-navarras, que eran muy inferiores en número (se habla de entre 8.000 y 10.000 hombres), estaban capitaneadas por el francés André de Foix, Señor de Lesparrou. Cometió varios errores, como el de no esperar a los refuerzos que podían llegar, unos 6.000 hombres de Pamplona y alrededores, y otros 2.000 de Tafalla. Tomó la iniciativa atacando entrada la tarde (las versiones oscilan entre las 14 y 17:30 horas), sorprendiendo a los castellanos e infligiéndoles inicialmente un severo castigo. Al comienzo dominaron los navarro-gascones, barriendo con su artillería los prados en que se encontraban los castellanos, pero el Almirante de Castilla y duque de Enríquez con su caballería dominó el combate, atravesando con celeridad la sierra de Erreniega y cayendo sobre el flanco y la retaguardia franco-navarra. Y la infantería castellana lo decidió en el resto del campo de batalla.

La batalla fue muy larga y sangrienta. Los navarros hubieron de rendirse, tras sufrir más de 5.000 bajas y ser hecho prisionero el propio André de Foix, señor de Lesparrou, tras luchar con bizarría (según las crónicas), quien fue herido en la frente por un mazazo, que le dejó ciego, y rindió su espada a don Francés de Beaumont (líder navarro beaumontés que ayudó a los castellanos). Más tarde fue liberado por el Emperador tras pagar un rescate.

Entre los que lograron huir, tras la derrota, se hallan Martín de Javier (hermano de Francisco Javier), Arnault de Agramont, el obispo Cousserans, Fadrique de Navarra y el doctor Remiro de Goñi. Esta batalla decidió la posesión definitiva de Castilla sobre el reino de Navarra, pues los castellanos, con vascos oñacinos, se apoderaron rápidamente de todas las plazas, sin apenas encontrar resistencia.

Algunos de los supervivientes navarros se reorganizaron en la Baja Navarra en un ejército más modesto, y tomaron el valle Baztán-Bidasoa, el Castillo de Maya y la ciudad de Fuenterrabía, donde se produjeron las dos últimas resistencias militares en la conquista de la Alta Navarra.

Monumento

En un cerro sobre esta llanura se encuentra un monumento en recuerdo de esta batalla, realizado por Joxe Ulibarrena en 1996. En este lugar, los partidarios de recobrar la soberanía de Navarra se reúnen todos los años en el último domingo de junio.






























Se nos fue Robinson


MICHAEL ROBINSON                                                                                       
 (12-07-1958 / 28-04-2020)





MANCHESTER CITY: 1979-1980
BRIGHTON: 1981-1982 / 1982-1983
LIVERPOOL: 1983-1984 / 1984-1985
QUEENS PARK R.: 1984-1985 / 1985-1986 / 1986-1987
OSASUNA: 1986-1987 / 1987-1988 / 1988-1989





domingo, 26 de abril de 2020

CARLOS, PRÍNCIPE DE VIANA




 de Trastámara y Évreux (Peñafiel, Castilla, 29 de mayo de 1421 – Barcelona, 23 de septiembre de 1461), fue infante de Aragón y de Navarra, príncipe de Viana y de Gerona (1458–1461), duque de Gandía (1439–1461) y de Montblanc (1458–1461), y rey titular de Navarra como Carlos IV (1441–1461).

Carlos de Viana fue hijo del infante Juan de Aragón, hermano menor de Alfonso V, y a partir de 1458, coronado rey de Aragón, con el nombre de Juan II, y de la reina Blanca I de Navarra (m. en 1441), hija y heredera de Carlos III el Noble (m. en 1425). El príncipe de Viana es conocido por los enfrentamientos dinásticos con su padre, por su papel en la escritura y en el mecenazgo de la cultura y las artes.

Primeros años

Después de su nacimiento en las tierras castellanas, en la fortaleza de la Villa de Peñafiel, Carlos fue educado en el Palacio Real de Olite, recibiendo las máximas atenciones de su abuelo Carlos III. En 1423, en vida de su abuelo, se convirtió en heredero reconocido de la Corona Navarra y recibió el título de Príncipe de Viana. Su educación fue muy completa, alternando los ejercicios como el remo, la caza o la monta con los estudios literarios y la administración de los asuntos del reino.

Cuando murió su madre en 1441, Carlos de Viana era ya un adulto de 21 años. Se convirtió en heredero universal de los Estados de Navarra y de Nemours, pero en el testamento de la reina Blanca, ésta pedía a su hijo que no tomase el título real sin la bendición y el consentimiento de su padre, por lo que Carlos asumió la lugartenencia del reino.

Blanca I pensaba que con esta cláusula aseguraría la paz entre el hijo y el padre, pero a la postre sólo condujo a un odio irreconciliable, ya que ninguno de los dos quiso renunciar a los que consideraban sus derechos a la Corona de Navarra.

El infante castellano-aragonés Juan de Aragón, hijo del rey Fernando I de Aragón, y nieto de Juan I de Castilla, había empleado casi todo el tiempo de su matrimonio en guerras internas de Castilla, donde tenía cuantiosos predios y en cuya Corte quería influir. Al principio pudo conseguirlo, pero después de que se alzó con la privanza y el poder Álvaro de Luna, el rey consorte de Navarra no logró con sus esfuerzos otra cosa que ser criticado en todas partes: en Castilla, por sus injerencias, en Aragón por tener desatendidos sus Estados y en Navarra por tener que financiar sus ambiciones.

Querellas dinásticas

El rencor entre padre e hijo aumentó cuando en 1447 Juan tomó como segunda esposa a Juana Enríquez y Fernández de Córdoba, una noble castellana (de una rama menor bastarda de los reyes de Castilla), que pronto le dió un hijo que se convertiría en Fernando «el Católico», y dejó de lado a Carlos IV. La madrastra Juana Enríquez, lanzó a su marido contra Carlos, estimulando las discordias y manifestando sus preferencias por su propio hijo Fernando, futuro Fernando II de Aragón, a quien quería que cediese todos los privilegios.

El príncipe de Viana optó por someterse a su padre, pero la intervención en los asuntos internos de Navarra llegó a tales extremos que los propios castellanos le ofrecieron expulsar de Navarra a Juan de Aragón y el tratado de Puente la Reina (8 de septiembre de 1451) determinó la ruptura definitiva entre padre e hijo. Los beaumonteses tomaron partido por el príncipe de Viana y los agramonteses tomaron partido por el rey Juan y estalló la guerra civil.

En 1452 Carlos, aunque ayudado por Juan II de Castilla, fue derrotado y tomado preso. Con la concordia de Valladolid fue liberado tras prometer no tomar título regio hasta la muerte de su padre, el príncipe, y fracasó otra vez tras volver a intentar tomar las armas contra su padre. Este se refugió en Nápoles con su tío carnal por vía paterna Alfonso V de Aragón. Alfonso murió en 1458 y Juan fue coronado como rey de Aragón, mientras a Carlos se le ofrecieron las coronas de Nápoles y Sicilia.

Él rechazó estas propuestas y, tras haberse reconciliado con su padre, volvió a Navarra en 1459. Empezaron las conversaciones para casarse con la hermanastra de Enrique IV de Castilla, (Isabel la Católica), que tenía entonces 9 años de edad. Sin embargo, la oposición de Juan II, que pensaba en el hermanastro de Carlos, Fernando, entonces de 7 años de edad, fue tan violenta que ordenó desarmar y prender a su hijo Carlos en Lérida el 2 de diciembre de 1460. Fue llevado después a Aitona y más tarde a la prisión de Morella. Esta medida alborotó a todo el reino, por lo cual catalanes y navarros se alzaron en su favor. Esta insurrección pronto llegó a ser general y Juan II tuvo que ceder y poner en libertad al príncipe el 25 de febrero de 1461.

Cuando Carlos llegó a Barcelona se le hizo un recibimiento apoteósico (12 de marzo de 1461) y se convirtió en un símbolo para los catalanes, por su alzamiento contra Juan II al que dejaron de aceptar como rey al empeñar éste monetariamente a Luis XI de Francia el Rosellón y la Cerdaña, como lo era para la gran mayoría de los soliviantados nobles navarros beaumonteses.

Por la capitulación de Villafranca del Penedés (21 de junio de 1461), Carlos de Viana fue reconocido por los catalano-aragoneses alzados y como hijo primogénito de Juan II, como heredero de los Estados de la corona aragonesa, jurando su cargo como Lugarteniente perpetuo de Cataluña.

Poco después de esto, el 23 de septiembre de 1461, el príncipe murió a los 40 años de edad en el Palacio Real de la ciudad de Barcelona, aunque no sin la sospecha de haber sido envenenado por su madrastra Juana Enríquez, madre de Fernando II. Esta fue la excusa para iniciar la contienda civil en Cataluña. La causa real de su muerte fue la tuberculosis que padecía desde hacía años. La salud del príncipe de Viana sufrió un severo deterioro durante su cautiverio, puesto que su padre le negó cualquier tipo de trato de favor debido a su rango principesco. De este modo, Carlos de Viana estuvo recluido en una celda húmeda, mal ventilada, sin ropa de abrigo, en deficientes condiciones higiénicas y mal alimentado. Estas circunstancias agravaron su tuberculosis y para cuando fue liberado y llegó a Barcelona ya se encontraba en estado terminal.

Familia e hijos

Contrajo matrimonio en el castillo de Olite con Inés de Clèveris el 30 de septiembre de 1439. Inés era hija del duque Adolfo I de Clèveres y sobrina de Felipe III el Bueno, duque de Borgoña. Murió a los nueve años de casados (6 de abril de 1448), sin tiempo para haber tenido descendencia con Carlos. El príncipe de Viana tuvo varias amantes y varios hijos de estas relaciones.

Su escudo de armas personal representaba a dos sabuesos o lebreles que reñían entre sí por un hueso, una alusión a la disputa que los reyes de Francia y Castilla mantenían por el control del reino de Navarra, junto al lema «Utrimque roditur», «Por todas partes me roen».

















jueves, 23 de abril de 2020

LOS CONDES DE LERÍN




El condado de Lerín, y condestable de Navarra es un título nobiliario español, de origen navarroconcedido por el rey Carlos III de Navarra en 1459 a Juana de Navarra, hija natural de Carlos II de Navarra, y a su esposo Luis de Beaumont, nieto de Luis de Evreux, duque de Durazzo y bisnieto de los reyes Juana II de Navarra y su Felipe III.

Los condes de Lerín encabezaron la facción de los beamonteses durante la guerra civil de Navarra, en defensa de los intereses de Carlos de Viana, en contra del rey Juan II de Aragón.

Se trata uno de los títulos nobiliarios más importantes de España, y se le concedió la grandeza de primera clase de 1520, por el emperador Carlos V.

Primer titular:  Juana de Navarra
Concesión: Carlos III de Navarra ,25 de agosto de 1424
Linajes: Casa de Beaumont
Casa de Álvarez de Toledo
Casa de Fitz-James Stuart

Actual titular: Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo




Los condes de Lerín, de apellido Beaumont han sido cuatro:


Luis de Beaumont, I conde de Lerín (Nació en Lerín (Navarra) 1412 y murió en Madrid el 28 de mayo de 1462). Se casó con Juana de Navarra, hija ilegítima de Carlos III. En la guerras civiles de los tiempos del rey Juan II de Aragón encabezó a los partidarios del príncipe de Viana (beaumonteses).

En 1464 le sucedió su hijo, Luis, II conde de Lerín.

En 1508 le sucedió su hijo Luis, III conde de Lerín, famoso por ayudar al rey Fernando el Católico en la conquista del Reino. Por ello en 1513 le fueron restituidas sus posesiones, además del título de condestable del Reino.


En 1530 otro Luis, el IV conde de Lerín, heredó el título y murió en 1565. Este fue el que compró varias casas en la calle Mayor de Pamplona para ampliar su palacio y dar forma a lo que se conoce ahora como palacio del Condestable. El título pasó a su hija Brianda de Beaumont, V condesa de Lerín, quien contrajo matrimonio el 24 de marzo de 1564  con Diego Álvarez de Toledo y Enríquez de Guzmán. Y aquí enlaza ya con la casa de Alba.


























miércoles, 22 de abril de 2020

BATALLA DE BELATE

La batalla de Velate o Belate (posiblemente el 7 de diciembre de 1512) consistió en una captura de armamento pesado producido en el puerto de Velate, en tierras de Navarra, entre las tropas forales guipuzcoanas que apoyaban a Fernando el Católico y las gasco-navarras que habían entrado en Navarra con la intención de reponer en el trono al rey de Navarra, Juan III de Albret, que había sido destronado por Fernando el Católico ese mismo año.

Los guipuzcoanos atacaron a la retaguardia franco-navarra cuando pasaba el puerto, poniéndola en fuga y apoderándose de su artillería. En una de las versiones se cuestiona el que existiera una verdadera batalla y no un mero enfrentamiento en la toma de los cañones.

Las tropas navarro-gasconas tras el fallido sitio y asalto de la ciudad de Pamplona y ante la llegada del invierno, procedieron a replegarse hacia el Baztán, hostigadas por las fuerzas castellanas al mando del capitán Charles de Góngora (beaumontés). Góngora capturó a unos centenares de los rezagados y volvió a Pamplona, donde arrastró las banderas de los vencidos.

Como premio por esta victoria, en 1513 la reina Juana añadió los doce cañones apresados al escudo de Guipúzcoa.​ En 1516, a la villa de Fuenterrabía se le otorgaron 112.000 maravedís en las alcabalas por los servicios prestados en el de 1512 en la batalla.

Estos cañones han sido eliminados del escudo de Guipúzcoa en 1979 por las Juntas Generales de Guipúzcoa, aduciendo ir en contra de las buenas relaciones con Navarra, argumento antihístórico que no puede ocultar que las Provincias Vascongadas tuvieron una participación decisiva en la conquista de Navarra (1512) y su posterior incorporación a la Corona de Castilla (1515).



Patriotas Vascongados: Batalla de Velate y los 12 cañones del ...

martes, 21 de abril de 2020

PIERRES DE PERALTA

Pedro de Peralta y Ezpeleta - Wikipedia, la enciclopedia librePedro de Peralta y Ezpeleta o bien mosén Pierres de Peralta "el Joven" (n. 1421 - f. 1492) era un noble, político y militar navarro que fue líder de los agramonteses, condestable de Navarra. Combatió a los beaumonteses junto a su hermano Mosén Martín de Peralta, I Señor de Valtierra y de Arguedas durante la Guerra civil de Navarra. Fue el primer conde de Santisteban de Lerín, barón de Marcilla, señor de Peralta, Funes, Cárcar, Andosilla, Marcilla, Falces, Undiano, Azagra y Caparroso.

Pedro de Peralta el Joven era hijo de Pedro Martínez de Peralta y Ruiz de Azagra —también conocido como mosén Pierres de Peralta "el Viejo"— y de Juana de Ezpeleta y Garro.

Pierres de Peralta indujo, y presenció en persona, el asesinato del obispo de Pamplona Nicolás de Chávarri el 23 de noviembre de 1468, por lo que la Iglesia le castigó más tarde a penitencia pública que cumplió. Ese asesinato determinó la toma de posición de la familia Eguía en favor de Fernando el católico, que fue decisiva en la invasión del reino de Navarra, y en su desaparición como entidad independiente.

Fernando el Católico le concederá en 1513 al nieto de éste Alonso Carrillo de Peralta, el marquesado de Falces consolidando su poderío sobre toda la comarca. La familia residió por cinco siglos en el castillo palacio de Marcilla, desde la construcción de éste por su padre Pierres el Viejo.

Hasta 1936 se mantuvo en poder de los marqueses de Falces en el Castillo de Marcilla, la espada Tizona del Cid, la cual fue entregada por los reyes católicos a Pedro de Peralta y Ezpeleta en depósito para su custodia, como agradecimiento a los servicios prestados a causa de su matrimonio, 'por considerarle digno de ello'.


Entre otras cosas, ha pasado a la historia por la frase “Te absuelvo, siempre que no seas Pierres de Peralta”. Su historia es ´´esta:

Pierres de Peralta fue un turbulento personaje del siglo XV, que el 23 de noviembre de 1468 asesinó en Tafalla al Obispo de Pamplona don Nicolás de Echávarri. Arrepentido del horrendo crimen, marchó a Roma para que el Papa le perdonase. Y como, a pesar de sus instancias, no lograse obtener la absolución, recurrió a un ardid, muy propio de su carácter.

Un día en que Su Santidad se encontraba en Florencia, paseando por los jardines de su quinta, a orillas del Arno, Pierres se tiró al río y, fingiendo que se ahogaba, se puso a dar grandes voces de auxilio y a pedir perdón de sus pecados. El Papa, al verle, le absolvió "in artículo mortis", sin saber de quién se trataba.

Al día siguiente se enteró de la añagaza del astuto navarro. A partir de entonces, cuando tenía que absolver a algún desconocido, empleó la fórmula que dio origen al dicho.

lunes, 20 de abril de 2020

LOS INFANZONES DE OBANOS


Las Juntas de los Infanzones de Obanos fueron asambleas de los Infanzones de la Alta Navarra que actuaron fundamentalmente en los siglos XIII y XIV defensoras de los usos y costumbres, que reivindicaron el derecho y la justicia contrarrestando el poder de los monarcas del Reino de Navarra y de la alta nobleza (ricoshombres, el obispo y la burguesía)Estuvo formada por el conjunto social de los hidalgos, caballeros, clérigos y labradores.

Debido a que el lugar más frecuente en que se realizaron las Juntas era en la villa de Obanos, por ser un lugar céntrico geográficamente, es por lo que se conoce con este nombre a los Infanzones de Navarra, que en realidad procedían de la mayor parte de las comarcas de Navarra.

Era una institución independiente y fuera del estamento oficial, cuyos cargos se elegían democráticamente y eran nombrados independientemente de la jurisdicción del Rey, al que presentaban sus exigencias. Fueron agrupaciones estamentales que juzgaban con emisión de sentencias y ejecución de las mismas. El descontento social existente frente al poder ejecutivo indujo a la formación de una corporación para defender sus intereses "de los atropellos de la elite nobiliaria de los ricos-hombres y de los malhechores en general".

El lema de los Infanzones era "Pro libertate patria, gens libera state" que se ha traducido por dos posibilidades con sus variantes:

"En nombre de la patria, sed libres". En esta versión se olvida que en la Baja Edad Media, con el feudalismo, no todos los habitantes eran libres.

"Estad preparados, gente libre, a favor de la libertad de la patria". En este caso se tiene en cuenta que en latín el verbo ser, sum es diferente al estar, sto con el significado de estar alerta, de pie, movilizado o firme...

La defensa de las libertades y derechos de los pueblos que representaban llevó a que fueran hostigados, perseguidos, y en algunos casos ajusticiados. Por ello hubo épocas en que tuvieron que actuar en la clandestinidad luchando contra los abusos del poder real y con el compromiso de guardar el reino de Navarra para quienes respetaran el derecho.

En el siglo XV la institución estaba controlada por los estamentos oficiales y se dedicaban únicamente a la persecución de malhechores en las fronteras con Castilla y Aragón. Se suprimieron en 1510 por su escasa utilidad.