La segunda batalla de Roncesvalles librada en el año 824, en
ocasiones llamada batalla de Orreaga (usando el nombre de Roncesvalles en
euskera para distinguirla de la primera batalla de Roncesvalles, librada en el
778) fue una batalla librada por los
vascones al mando de Íñigo el "Aritza" contra los condes Eblo y
Aznar, que dirigían el ejército franco formado por mandato del rey Ludovico Pío
para recuperar el occidente de la Marca hispánica.
Las fuerzas francas comenzaron la
expedición sin dificultad y con apenas resistencia. Entraron en Pamplona y
ahorcaron a muchos habitantes como castigo y escarnio, también como aviso para
prevenirse de ataques por la retaguardia, como ya le pasó a Roldán en la
batalla del 778.
Al dirigirse de vuelta al reino
franco por el mismo camino que el ejército que años antes volvía de sitiar
Zaragoza, fueron detenidos por un ejército vascón dirigido por Íñigo Ximenez el
"Aritza" que había reunido vascones
de todos los buruzagis, incluyendo el apoyo de tropas de los Banu Qasi de
Tudela, que eran una famosa facción visigoda que se habían convertido al Islam
en la generación anterior.
La batalla se libró en los claros
previos al puerto montañoso, donde las
fuerzas vasconas sorprendieron a las francas formadas por guardias gascones,
que sufrieron una derrota semejante a la recibida 50 años antes.
Los generales francos, condes Eblo y Aznar, recibieron destinos muy
distintos. Eblo, fue enviado a Córboba como trofeo y símbolo de la
cooperación que los vascones buscaban con ellos. Sin embargo, Aznar fue
devuelto a Gascuña debido a su condición de gascón, con los que los vascones
consideraban que tenían consanguinidad, y por las buenas relaciones entre
Gascuña y Vasconia.
Algunos historiadores, como Vicente José González García, defienden que esta fue la "auténtica
batalla de Roncesvalles" dejando la batalla del año 778 como una mera
leyenda medieval, aunque esta es una
postura minoritaria, siendo ampliamente aceptada esta batalla como verídica y
siendo considerada como la causa de la sucesiva formación institucional del
Reino de Pamplona.
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