martes, 26 de mayo de 2020

ARTE ANDALUSÍ



Con este nombre, o con el de arte hispano-musulmán o arte  hispanoárabe, son conocidas las manifestaciones artísticas que se produjeron en la Península Ibérica entre los siglos VIII y XV. Dado el rechazo a toda imagen religiosa que es propio del Islam la escultura y la pintura apenas tuvieron importancia, por lo que nos debemos ceñir a las manifestaciones arquitectónicas.

Además del arte mudéjar, obra de las poblaciones islámicas que perduraron bajo el dominio cristiano una vez en marcha el largo proceso de la “Reconquista”, cinco son las épocas o etapas que se pueden distinguir bajo el nombre común de arte andalusí: arte emiral y califal, arte taifal, arte almorávide, arte almohade y arte nazarí.



ARTE EMIRAL Y CALIFAL

El emirato Omeya está comprendido entre los años 758 y 912, mientras que ya constituido como califato se extenderá entre 912 y 1031. En la época del emirato se construirá la Mezquita de Córdoba y en la del califato, la gran obra será Medina Azahara.


La Mezquita de Córdoba fue construida entre los años 786 y el 1001 sobre la base de una primitiva iglesia cristiana dedicada a San Vicente. Al quedar terminada en el siglo IX, tiene 19 naves de una extensión de 180 metros de longitud por 120 de anchura, con 860 columnas o pilares. En el siglo XVI se construyó en el centro una iglesia cristiana en estilo gótico y plateresco.


Medina Azahara, castellanización del nombre en árabe Madīnat al-Zahrā (‘la ciudad brillante’), fue una ciudad palatina o áulica que mandó edificar Abderramán III  a unos 8 km en las afueras de Córdoba Fue la obra más grandiosa de la arquitectura civil califal. Poco queda de esta ciudad, pero debió de ser algo grandioso. En los restos que quedan, se ven las relaciones comerciales existentes entre Bizancio y Córdoba. La construcción está hecha con mármoles y alabastros, cubiertos con ataurique (ornamentación árabe de tipo vegetal).

Los principales motivos de su construcción fueron  político-ideológicos: la dignidad de califa
exige la fundación de una nueva ciudad, símbolo de su poder, a imitación de otros califatos orientales y sobre todo, para mostrar su superioridad sobre sus grandes enemigos, los fatimíes de Ifriqiya, la zona norte del continente africano, que eran también oponentes religiosos. Los fatimíes eran chiíes y enemigos de los omeyas, mayoritariamente de la rama islámica suní.

Según la tradición popular, la ciudad fue edificada como homenaje a la mujer favorita del califa: Azahara. El 1 de julio de 2018, la ciudad Medina Azahara fue declarada oficialmente como Patrimonio de la Humanidad.


Como características propias de este arte califal cordobés se pueden citar:

  •          El muro a tizón (colocación de ladrillos o de piedras dispuestos de manera que la dimensión más larga es perpendicular al paramento).
  •          El arco de herradura, herencia del arte visigodo, se convierte en la forma más característica y fecunda del arte hispano-musulmán. La altura del arco se va haciendo cada vez mayor, de modo que en el período califal alcanza la mitad del radio (en contra de un tercio, típico del arco de herradura visigodo.
  •          El arco de lóbulos se comienza a emplear en el período califal, a mediados del siglo X. Los lóbulos son de herradura. El número de lóbulos es impar, para que uno de ellos coincida con la clave o centro del arco.
  •          El arco de herradura apuntada es la forma preferida por los almorávides.
  •          Arcos superpuestos y entrecruzados que dan a esta arquitectura un cierto barroquismo, que culmina en el período de los reinos de taifas. Estos arcos echan la base de la decoración árabe posterior. Esta construcción se hará cada vez más menuda y complicada hasta la arquitectura granadina.
  •          Las bóvedas. Los arquitectos cordobeses utilizan casi todas las bóvedas empleadas por las escuelas anteriores, salvo la cúpula. La gran novedad es la bóveda de nervios muy gruesos apoyados en la cornisa, dispuestos por parejas paralelas, no cruzándose en la clave, sino dejando un espacio libre en el centro. El origen de estas bóvedas hispano-árabes es un problema oscuro. Pasar luego al románico y al gótico, siendo el precedente más antiguo de la crucería ojival del gótico. Es posible que los constructores góticos de Francia tuvieran como modelo las bóvedas nervadas cordobesas.
  •          Capiteles. Al principio se utilizan los de los monumentos romanos y visigodos. En el siglo X se labran expresamente en dos tipos: hojas lisas y perfecta regularidad o follaje labrado según técnica bizantina antinaturalista, que por sus menudas oquedades se llama avispero. Ambos capiteles son de orden corintio o compuesto.
  •          Ataurique (decoración de tipo vegetal característica del arte islámico) de tipo siríaco antinaturalista.


  
MURO A TIZÓN

ARCO DE HERRADURA





  
ARCO  LOBULADO

ARCOS SUPERPUESTOS


  



BÓVEDA DE NERVIOS

ATAURIQUE







ARTE TAIFAL

Reinos de Taifas (1031-1090). Taifa  se refiere a cada uno de los reinos en que se dividió la España árabe al disolverse el califato cordobés.

La destrucción de la unidad política llevó a la abolición del califato cordobés en 1031 y a la creación de un mosaico de reinos independientes que fueron denominados taifas. Las rivalidades entre ellos, reivindicando la herencia del prestigio y la autoridad del Califato, constituyeron la tónica dominante del período. Esta situación se tradujo en el terreno artístico en la emulación de modelos cordobeses.

En este contexto se inserta la arquitectura palatina patrocinada por cada uno de los monarcas. Uno de los mejores testimonios es, sin duda, la Aljafería de Zaragoza.

El Palacio de la Aljafería de Zaragoza es un palacio fortificado construido en Zaragoza en la segunda mitad del siglo XI por iniciativa de Al-Muqtadir como residencia de los reyes hudíes de Saraqusta. Está emparentado tipológicamente con el palacio omeya de Msatta (Jordania). Refleja el esplendor alcanzado por el reino taifa en el periodo de su máximo apogeo político y cultural. Su importancia radica en que es el único testimonio conservado de un gran edificio de la arquitectura islámica hispana de la época de las Taifas.

Se pueden reseñar también las Alcazabas de Málaga y de Almería.

PALACIO DE LA ALJAFERÍA







 




ARTE ALMORÁVIDE

Durante los siglos XI y XII irrumpen en España unos pueblos musulmanes guerreros procedentes del norte de África: los almorávides y los almohades. Vienen a la Península para contener el avance de la Reconquista cristiana. Su espíritu austero y coránico les lleva a despreciar la delicadeza ornamental del califato de Córdoba.

Los almorávides procedían del Sáhara. Animados por el fervor mahometano, se apoderan del norte de África y vuelven a unificar el viejo califato cordobés hacia finales del siglo XI, para ser desplazas en el siglo XII por los almohades.

Las obras realizadas durante este período, evidenciaban, todavía, la austeridad y falta de ornamentación impuestas por su fervor religioso. Rigor formal que no mantuvo Alí ibn Yusuf que, deslumbrado por el refinamiento cortesano de las taifas andalusíes, patrocinó la construcción de varios edificios decorados con los más bellos elementos.

El soporte preferido es el pilar, en sustitución de la columna. Adoptan el arco de herradura y lobulado, a los que añaden arcos de herradura o túmidos, lobulados trebolados, mixtilíneos y lambrequines formados, éstos últimos, por pequeñas curvas, ángulos rectos y claves pinjantes. El sistema de tejados preferido es a dos aguas, construyen techos de madera y alcanzan un gran desarrollo en el arte mudéjar, a la vez que realizan extraordinarias cubiertas cupuladas. Los elementos ornamentales usados por los alarifes se reducen a líneas sobrias y claras.

Los mejores ejemplos de su arquitectura se encuentran en el norte de África, no así en la Península.

QUBBAT BARUDIYIN, EN MARRAKECH




ARTE ALMOHADE

La laxitud moral y la degradación de costumbres de los almorávides dio lugar a un nuevo movimiento rigorista, los almohades, al-muwahhidun ‘los unitarios’. Estaba encabezado por Ibn Tumart quien procedía de un medio tribal del Alto Atlas. Su continuador, Abd Al-Mumin, se nombró califa, tomó Marrakech en 1147 y emprendió la conquista del resto de imperio incluyendo Túnez. Al-Ándalus fue incorporada definitivamente por su sucesor Abu Yaqub Yusuf quien eligió, en 1172, Sevilla como capital del nuevo imperio.

Los almohades, animados por un puritanismo religioso, entran en Andalucía y dominan la región, hasta que San Fernando termina con su poder en el siglo XIII. Tanto los almorávides como los almohades eran pueblos austeros y sobrios, esencialmente incultos y fanáticos, miran con recelo el estilo del arte califal de Córdoba e introducen el arte africano, que significa una pausa en la evolución barroca del estilo zaragozano de la Aljafería. Más tarde siguen la evolución barroca al usar artistas andaluces tanto en la Península como en África.

El retorno a la austeridad más extrema se trocó, aún más rápidamente que en el caso de sus predecesores, en uno de los momentos artísticos de mayor brillantez, particularmente en el terreno de la arquitectura. De forma que, el arte almohade (1130-1269) va a continuar la estela almorávide consolidando y profundizando sus tipologías y motivos ornamentales. Va a construir con los mismos materiales: ladrillo, yeso, argamasa y madera. Y, va a mantener como soporte el pilar y los arcos empleados en el período anterior.

El arte almohade continuó la estela almorávide consolidando y profundizando en sus tipologías y motivos ornamentales. Construían con los mismos materiales: azulejos, yeso, argamasa y madera. Y mantuvieron, como soporte, los pilares y los arcos utilizados en el período anterior.
Sus mezquitas se caracterizan por su planta cuadrada y su altura compuesta por dos torres, una de ellas alberga otra y, entre ambas, discurre una escalera o rampa, como en el caso de la Giralda de Sevilla. La torre interior está formada por estancias abovedadas y superpuestas que tendrán su repercusión posterior en las construcciones de otras torres-campanario mudéjares, especialmente en las edificadas en Aragón.

La arquitectura palaciega introduce los patios cruzados que ya habían hecho su aparición en Medina al-Zahra, pero que es, en estos momentos, cuando adquieren su mayor protagonismo. Su mejor testimonio se halla representado en el Alcázar de Sevilla, en el que se ha conservado el patio de la casa de Contratación y otro, actualmente subterráneo, conocido como el Jardín Cruzado o Baños de doña María Padilla. Este esquema será aplicado, asimismo, en los patios nazarís y mudéjares. Otra novedad aparece en el Patio del Yeso del Alcázar de Sevilla, y tendrá una gran repercusión. Consiste en la colocación de pequeñas aberturas o ventanas cubiertas con celosías de estuco que dan acceso a una estancia y que permiten, de este modo, su iluminación y ventilación.

EL ALCÁZAR DE SEVILLA









LA GIRALDA DE SEVILLA










TORRE DEL ORO. SEVILLA





ARTE NAZARÍ

En el siglo XIII se crea el reino nazarí de Granada, que engloba las provincias actuales de Jaén, Málaga, Granada y Almería. La formación del reino de Granada da lugar a un nuevo período de florecimiento del arte hispano-musulmán, que llega a su máximo esplendor en el siglo XIV e influye el arte africano de los meriníes o benimerines (1244-1465).

El arte nazarí, también llamado arte granadino, constituye la última etapa del arte hispanomusulmán. Se desarrolla durante los siglos XIII, XIV y XV, extendiéndose además de por el Reino Nazarí de Granada, por Berbería y los dominios cristianos de la península ibérica, contribuyendo al surgimiento del arte mudéjar. No se conocen bien los antecedentes inmediatos del arte nazarí. Los pocos restos granadinos anteriores al siglo XIII recuerdan el arte de la Aljafería (Zaragoza).

Elementos constructivos en el arte nazarí

  •          La columna: la arquitectura granadina vuelve de nuevo a la columna. Por primera vez, dentro de la escuela hispano-musulmana, el arte granadino emplea un tipo propio de columna. El fuste es cilíndrico y muy fino. La basa (asiento sobre el que se pone la columna) tiene gran moldura cóncava y muy abierta. El capitel tiene sobre un cuerpo cilíndrico otro de proporciones algo cúbicas y se cubre con decoración vegetal o con mocárabe (adornos de lazos o con prismas que se entrecortan).


  •          El arco: en la arquitectura granadina llega a su culminación la predilección por lo decorativo. La mayoría de los arcos anteriores son puramente decorativos y falsos. Se suele hablar, en este sentido, de barroquismo y pérdida del sentido de lo constructivo. Pero hay que tener en cuenta que los arquitectos granadinos no prescinden de las soluciones constructivas por falta de genio, sino por creer haber superado la fase en la que el hombre lucha contra dificultades arquitectónicas de soporte, sustentación y altura. Los musulmanes granadinos nunca se plantearon ese problema, quizás porque jamás tuvieron que hacer casas para los dioses (mezquitas), sino para los hombres. En los arcos falsos (los del exterior y las puertas) suelen usar la forma de herradura apuntada. Los arcos interiores son falsos, de yesería sobre esqueleto de madera, en el que se simulan diversas formas de arcos. El arco de herradura prácticamente desaparece. Solo el peso de la tradición lo conserva en los mihrab. También se abandona el arco de lóbulos y mixtilíneo. EL tipo más corriente de arco es el peraltado de lóbulos (prolongación de la parte interior del arco, de modo que su sección excede el semicírculo). Y el arco de mocárabes, semejando en su perfil las caídas de los cortinajes, como los arcos almohades.


  •          Bóvedas: son corrientes las de mocárabes, revestidas de yesería y con armaduras de madera labradas con gran riqueza. Las grandes muestras son las de las salas de las Dos Hermanas y de los Abencerrajes de la Alhambra.


  •          Temas decorativos: la decoración de lazo ya comienza en el Califato de Córdoba, pero, bajo los nazaríes, tiene sus creaciones más bellas. El lazo es una decoración geométrica construida con líneas o cintas que se entrelazan formando polígonos o formas geométricas. Cuando el lazo adquiere cierta complicación, forma la rueda. La decoración de lazo caprichosa, está sujeta a reglas estrictas de geometría. La continuidad de las cintas en la complicada red de rombos y lazos en que, como en una composición musical, se ordenan, debidamente subordinados, los temas mayores y menores. Los polígonos y estrellas, contra lo que algunos supusieron, carecen de significación determinada.


  •          La red de rombos es un tema decorativo de primera categoría. Los granadinos sustituyen con frecuencia los arcos por hojas y desarrollan el principio (ya empleado en la Giralda de Sevilla) de superponer dos redes, una de elementos más gruesos y otra de elementos más finos.


  •          El ataurique o motivos vegetales, adquiere en el período granadino caracteres propios y se emplea con profusión hasta entonces ignorada. El tema más usado es la hoja alargada.


  •         Los alicatados forman una especie de mosaico en que cada elemento decorativo es una pieza independiente de barro vidriado.


LA ALHAMBRA DE GRANADA











  


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