domingo, 3 de mayo de 2020

EL ORIGEN DE LAS DINASTÍAS NAVARRAS



A principios del siglo IX Vasconia y Aquitania se encontraban sometidas al franco Carlomagno que en el año 800 había sido coronado emperador de occidente. Sin embargo, las revueltas contra el dominio carolingio eran constantes en Vasconia, que en aquella época se extendía al norte desde el río Garona, por toda Gascuña (gran parte del sudoeste francés), y al otro lado de los Pirineos desde Cantabria, por toda la zona pirenaica, hasta Andorra.

Tres familias de caudillos vascones dominaban la mitad norte de Navarra y noroeste de Aragón, el resto de Navarra pertenecía a la marca superior andalusí y era gobernada por los Banu Qasi. Los Enekoiztarrak (Íñigos) era la familia más poderosa, y dominaban en Pamplona y su entorno, los Xemenoiztarrak (Jimenos) en la parte centro-oriental de Navarra (Sangüesa, Leire…), en el noreste de Navarra y noroeste de Aragón dominaba Gartzea Garindoitz (García Galíndez) más conocido en historia como Gartzea Gaiztoa (García el Malo).

La unión de Íñigos, Jimenos y García el Malo, con la colaboración de los Banu Qasi del sur de Navarra, acarreó que en el año 824 Eneko Enekoitz, conocido en castellano como Íñigo Íñiguez, que recibió el apodo romance de Arista por su temple guerrero, en alusión a lo rápido que prende el fuego en las aristas de trigo, fuese primer señor y rey de Pamplona. Dando lugar a la primera dinastía navarra, la dinastía de los Enekoiztarrak, o dicho en romance: dinastía Arista o Íñiga.
Su padre fue Eneko Xemenoitz ( en español Íñigo Jiménez), oriundo de Bigorra (Bigorre, tierras que se encuentran en la vertiente opuesta a los Pirineos aragoneses, en Gascuña, en aquella época de habla vasca). Su madre, Oneka, era pamplonesa, tuvo al menos tres hijos, dos con Íñigo Jiménez ( Eneko [Íñigo] y Orti [Fortún] ), y después de fallecer éste, contrajo matrimonio con el Banu-Qasi Musa ben Fortún con el que tuvo un hijo (Musa ben Musa).

Hijos de una misma madre fueron por tanto Íñigo Arista y Musa ben Musa, el célebre caudillo Banu-Qasi. Esta colaboración, y la situación geográfica en el extremo sur del Pirineo, en la que la dominación franca era débil, influyó en el nacimiento y consolidación del Reino de Pamplona.
En los textos francos se comenzará a utilizar la palabra navarro, siglos antes de que los navarros la utilicen oficialmente (hasta el siglo XII el reino no fue llamado oficialmente Reino de Navarra), para designar a los vascones independientes del poder franco; utilizando la palabra vascón, únicamente, para designar a los vascones bajo poder franco.

La palabra latina vascón, paulatinamente, caerá en desuso y será relevada por la palabra gascón; mientras que la palabra navarro será utilizada en adelante para designar a las gentes de cultura vasca. Todavía en el siglo XVIII en los territorios de la corona de Aragón se utilizaba las palabras navarro/navarrès para designar a todo aquel de cultura vasca fuera o no navarro.
Si bien en los orígenes del Reino de Pamplona los Íñigos fueron los más poderosos, históricamente la dinastía navarra más importante sería la de los Jimenos, que dominaban inicialmente sólo en la zona centro-oriental de Navarra.




(De Kondaira.net)


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