domingo, 28 de junio de 2020

ROMA

El arte romano es heredado directamente del griego, pero con algunas variantes adecuadas al particular carácter del pueblo romano. Más pragmáticos que los griegos, los romanos serán conocidos no sólo por sus templos y monumentos, sino sobre todo por sus obras de ingeniería. En efecto, los romanos se caracterizaron por ser magníficos ingenieros, como demuestran los acueductos (el más conocido, el de Segovia), sus puentes, que aun hoy, veinte siglos más tarde se siguen utilizando, incluso por tráfico rodado; sus cloacas, catacumbas, sus edificios públicos, como las termas o baños públicos y sus circos, teatros y anfiteatros, de los que han quedado buenos ejemplos como el teatro de Mérida, o el anfiteatro Flvio, conocido popularmente como el Coliseo.


En artes plásticas, escultura y pintura, serán continuadores del arte griego, aunque en la primera se caracterizarán por un alejamiento del idealismo griego y una búsqueda del realismo en el retrato. La pintura es bien conocida "gracias" sobre todo a un desastre natural, la erupción del volcán Vesubio, que sepultó las ciudades de Pompeya y Herculano, permitiendo la conservación de las pinturas murales de las viviendas.

Pero si hay un arte plástica característica romana será el mosaico. De origen griego, serán los romanos quienes desarrollarán todas las posibilidades de esta técnica, siendo auténticos maestros en la representación de escenas y retratos jugando con las distintas calidades y colores de las teselas.

 

ARQUITECTURA

Las construcciones realizadas por los romanos cumplian una doble funcionalidad.  En primer lugar, la mejora del nivel de vida de los ciudadanos de roma, se mejoraban las condiciones de seguridad, salud y ocio, por ello construían acueductos, puentes, coliseos, circos, teatros… La segunda de ellas busca representar la majestuosidad y el poder del vasto Imperio Romano, se empleaban grandes bloques de mármol para representar, por medio de grabados, las grandes grandes hazañas en tiempos de guerra. Se trata de obras de arte que se busca que sean claramente visibles y que perduren en el tiempo.

En arquitectura, el arte romano se caracterizará por el uso del arco y la bóveda, copiados de los etruscos, mientras que de los griegos copian la columna y el dintel. Frente a los griegos, que prefieren los techos planos y adintelados, aunque  empleen de vez en cuando la cúpula (tholoi o templos circulares, como el de Apolo en Delfos), los romanos usarán profusamente el arco y todas sus posibilidades:  la bóveda, que sería la prolongación del arco en una planta rectangular, y la cúpula, que sería la proyección del arco en una planta circular o cuadrada. Este elemento otorga más dinamismo y al mismo tiempo más estabilidad, permitiendo la elevación de grandes construcciones, tanto de uso civil, como el acueducto de Segovia o las basílicas (edificio de uso administrativo y judicial, de donde derivarán las primitivas iglesias), como religioso: el Panteón de Agripa o los templos de Vesta.

Los materiales serán más baratos y sólidos: el ladrillo, el hormigón, el sillar cuando hace falta, etc., usando el mármol o la piedra en los revestimientos exteriores.

El hormigón o mortero lo fabricaban con cantos rodados o grava y usando la cal  como base de unión, dando como resultado un material fuerte y barato.

En arcos sólo emplearán el de medio punto  y, en cuanto a techumbres, siguen usando la adintelada,  pero también la bóveda de cañón, la de arista y la cúpula semiesférica o de media naranja.

En cuanto a los soportes,  los romanos utilizarán los tres órdenes arquitectónicos de los griegos ,  pero más libremente, alargando sus proporciones, superponiendo y combinando diferentes órdenes en las plantas de un mismo edificio, etc. Además  ellos usarán dos órdenes que son propiamente suyos: el orden toscano , de origen etrusco, como una derivación más simplificada del dórico, y el compuesto, que combina el orden corintio con las volutas jónicas.

Es necesario hablar un poco del urbanismo, ya que Roma se caracteriza por la organización de las ciudades. La expansión del Imperio trae consigo un proceso de urbanización, o bien de ciudades preexistentes, (municipia) que reforman según sus principios urbanísticos, o bien con la fundación de ciudades de nueva planta (coloniae).

El urbanismo romano estará basado en la planta hipodámica, llamada así por el arquitecto griego Hipódamo. El modelo, por tanto, es tomado de la ciudad helenística alejandrina: un recinto de planta rectangular o cuadrada, con dos arterias principales  que la cruzan formando una cruz , de Norte a Sur el cardus, y el decumanus de Este a Oeste. En la intersección de ambas se sitúa el foro, o plaza mayor, con funciones políticas y económicas, semejante al  Ágora griega.. De estas dos calles principales nacen otras calles secundarias paralelas y perpendiculares en que van articulando la ciudad conformando una cuadrícula. El pomoerium era la línea sagrada que rodea a la ciudad, la cual,  según las necesidades defensivas, podía ser una muralla; tras el pomoerium  estaban las necrópolis, siempre extramuros.



El foro era el centro urbano, religioso, político y comercial
, en el que  se encontraban los templos, las basílicas, el Senado, así como tiendas, bibliotecas, termas, etc. Normalmente era una plaza enlosada, rodeada de pórticos y decorada con efigies de emperadores. Era el lugar frecuente de reunión, allí se situaban predicadores, filósofos, oradores que se dirigían al público desde una tribuna, (rostra) etc.

El más emblemático es el Foro romano de Trajano


   

El templo

Es una síntesis del griego y del etrusco, casi siempre pseudoperíptero (con columnas alrededor de tres o los cuatro lados del templo. Se diferencia del griego porque está elevado sobre un pódium al cual se accedía sólo por una escalinata situada en la fachada principal, frente al   templo griego que se podía realizar por los cuatro lados del templo. Uno de los ejemplos mejor que mejor ha llegado hasta nuestros días es la Maison Carrée, en Nîmes (Francia), del siglo I a.C., de orden corintio.


De planta circular se construían los templos de Vesta, el mejor conservado el situado en el Forum Magnum, en cuyo centro se situaba el Fuego Sagrado de la ciudad, que las vírgenes vestales debían preservar para el bien de la Ciudad y del Imperio.


El mejor ejemplo de templo circular y el más imponente es el Panteón, templo con cúpula de media naranja en cuyo centro se abría una claraboya u óculo, por el que entra la luz del sol, y que estaba dedicado a todos los dioses romanos. Fue construido en la época de Augusto y  aún perdura en nuestros días. Es considerado el edificio más perfecto de entre todas las construcciones romanas.











Arquitectura civil

Destaca la basílica, mencionada antes, donde se desarrollaban procesos judiciales  y dedicadas asimismo a actividades comerciales. Su estructura, con la división de la planta en una nave central y otras laterales, y la elevación de bóvedas de cañón sobre cada una de las naves, será copiada por las primeras iglesias cristianas edificadas tras el edicto de Milán, a partir del s.IV d.C. La basílica de Magencio es la mejor conservada.

 

Las termas

Otro edificio característico romano son las termas. No solo servían para la higiene, las termas asimismo era el centro de reunión del pueblo romano, y donde se decidían, discutían y resolvían asuntos de índole política o privada.



En época imperial constituían grandes complejos dotados de bibliotecas, habitaciones para masajes, gimnasios, jardines, tiendas, etc;  los baños estaban divididos en tres tipos : los de agua fría o frigidarium, agua templada o tepidarium y agua caliente o caldaria, con un sistema de calefacción de "suelo radiante" ( hornos situados bajo el suelo de la sala). Como ejemplo quedan las termas de Caracalla, en la que aún se pueden apreciar las bóvedas de cañón.


Teatros, anfiteatros y circos

Los teatros los toman directamente de los griegos, pero con variantes e innovaciones. Por ejemplo, en muchas ocasiones, en lugar de aprovechar el desnivel del terreno para las gradas (cavea), las construyen sobre galería abovedadas. El teatro romano tiene fachada exterior con  estructura mixta , adintelación más arco y bóveda y con los tres órdenes en superposición de pisos.

Entre la cavea y la escena estaba la orquesta que servía para instalar a los altos personajes, y no como lugar del coro, que se traslada a un lateral de la escena llamado tribuna. El Teatro de Mérida fue construido hacia el año 16-15 a. C y donado por Marco Agripa (yerno del emperador Augusto).





El anfiteatro es como un teatro doble, es decir, circular y cerrado, como una plaza de toros y de mayores dimensiones que el teatro. Se dedicaba a los espectáculos cruentos: lucha de gladiadores , luchas de fieras  salvajes, sacrificios de ladrones o disidentes -cristianos- e incluso combates navales, inundándolo con agua del río Tíber que era canalizada hasta allí. Eran circulares o elípticos y la arena se separaba de la cavea por una balaustrada muy alta. Bajo la cavea estaban las dependencias subterráneas de las que salían los gladiadores, las fieras, etc. En el exterior se  repite la organización de fachada del teatro con dintel más arco y superposición de órdenes. El anfiteatro Flavio o Coliseo data del siglo I d.C. Se comenzó por Vespasiano en el 72 d.C. y fue terminado por su hijo Tito en el año 80. De planta elíptica, con un diámetro largo de 187 metros, consta de cuatro pisos, con superposición de órdenes en los tres primeros pisos y el último liso. En caso de mal tiempo podía cubrirse con una gran lona sobre un entramado de railes.



El circo es el edificio más grande de todos. Con raíz en el estadio griego,  se destinaba a las carreras de cuadrigas y otros ejercicios atléticos. Su planta es rectangular alargada y los graderíos están en los dos lados largos y en uno de los cortos que acaba en curva. El otro lado corto es recto y en él se sitúan las cárceres o cuadras de salida para los carros. La pista de arena está dividida longitudinalmente por la espina, que era ornamentada con esculturas, obeliscos y el podium. En los extremos de la espina es donde se situaban la meta y la salida. Los vencedores salían por la Porta Triunfalis situada en el lado corto curvo. El más importante fue el Circo Maximo de Roma.

 

 

Monumentos triunfales y conmemorativos



El arco de triunfo es una auténtica creación romana.  Desde época republicana existía la costumbre de celebrar los triunfos de los generales, en los que se hacían desfilar haciéndolos pasar por debajo del arco de triunfo, y en los que se exhibían las riquezas y prisioneros obtenidos, a modo de exaltación de la gloria  de Roma. Estos arcos se erigían en lugares estratégicos: en los foros, en los puentes para pasar por debajo de ellos, en las fronteras para delimitar territorios, sobre  vías públicas importantes o en lugares donde se había producido algún hecho triunfal del personaje al que se dedicaba. La planta solía ser rectangular pero también los hay de planta cuadrada; hay  con un sólo arco, con tres, uno central más grande y dos más pequeños a su lado, o  con los tres iguales o, si es de planta cuadrada, con cuatro, uno encada fachada. Se adornan con varias columnas sobre de pedestal o pódium y sujetando un entablamento que soporta una franja superior llamada ático, lugar donde se esculpían los relieves o inscripciones conmemorativas.



Otro monumento conmemorativo eran las columnas, la mejor conservada es la de Trajano, donde se narra en una banda helicoidal continua de bajorrelieves la conquista de la Dacia por el ejército romano.

  



ESCULTURA

Al contrario que los griegos, más preocupados por representar el canon  o ideal de belleza humano, los romanos, llevados  por su carácter más pragmático que idealista,  buscan un mayor realismo, aunque para determinadas esculturas, como las dedicadas a los dioses o a los emperadores, surge una cierta idealización, suavizando los rasgos.

Tras la conquista de Grecia entre los siglos II -I a.C. se produjo una "invasión "cultural contraria de Grecia sobre Roma. Gracias a esta “invasión” podemos disfrutar de las obras clásicas griegas, pues, de hecho, la inmensa mayoría que nos han llegado de estas obras son copias romanas, excepto algunas pocas  excepciones.

Esta influencia griega superó a la herencia etrusca, con un gusto más arcaico y orientalizante, sumándose al propio carácter y tradiciones romanas.

De esta suma surge el retrato romano, que buscará un mayor realismo e individualización frente a la idealización griega. El origen del gusto por el retrato puede rastrearse en las Imagines Maiores, máscaras de cera que se realizaban de los difuntos (los Manes, los espíritus de los antepasados, quienes eran  venerados como protectores de las casas y las familias).

De ahí que muchos retratos representen rostros en edades maduras y avanzadas, reproduciendo arrugas y expresiones severas, pues se realizaban directamente a partir la máscara de cera del difunto.

Uno de los retratos republicanos más tempranos es el de Lucius Junius Brutus, el Libertador que en el año 509 expulsó al último rey etrusco de Roma. Está fechada en el siglo IV a.C. La técnica de fundición es etrusca pero el tratamiento del rostro del personaje es sin duda romano.  Los ojos son  de pasta vítrea, que acentúa la profundidad de su mirada, su expresión es seria pero serena.

En retratos posteriores, ya  en la época de las guerras civiles y los triunviratos, existe ya un absoluto dominio técnico mediante el cual se realiza un estudio psicológico del personaje. Esto se puede observar en los retratos de Silla, Pompeyo el Grande, o Julio César, donde se refleja el carácter del individuo.

En el Imperio, a partir de Augusto, se impone la moda griega, sobre todo para las clases altas, surge una cierta idealización, sobre todo cuando se trata de representar a los emperadores, evitándose los defectos que puedan afear los rostros, pues aparece el culto al emperador, y esto se debe reflejar en el mármol ; el cónsul era un hombre, pero el Cesar se acercaba a Dios. Aparecen retratos de cuerpo entero, con el emperador representado con toga como autoridad religiosa o Pontifex Maximus, o como Imperator en armadura de general, como en el retrato de Augusto de Prima Porta .



En época de Adriano, el helenismo de este emperador se traduce en un aumento de la idealización, inspirándose en la escultura de la época de Fidias,  con dos innovaciones: la aparición de la barba y la incisión de las pupilas en el iris que dan gran expresividad a los retratos. Las obras más famosas son los retratos de Antínoo, el favorito del emperador, joven de extraordinaria belleza que murió prematuramente, y cuyo recuerdo quedó inmortalizado en numerosos bustos.

En la época de los antoninos el retrato se recarga. La barba y la cabellera se rizan constantemente. Aparece una mayor idealización para una mayor dignificación, surgiendo el retrato ecuestre, siendo el más conocido el del emperador filósofo Marco Aurelio, realizado en bronce y situada en la plaza del capitolio de Roma, escultura que va a tener mucha importancia en el renacimiento italiano.


En la baja época el retrato se va volviendo cada vez más estereotipado, coincidiendo con una decadencia económica, militar y política de todo el Imperio. Una de las últimas grandes obras será la estatua colosal de Constantino, de la que solo han quedado la cabeza, un pie y una mano, en la que se puede observar esa simplificación del retrato del emperador, con las grandes pupilas incisas. El retrato de aparta cada vez más de la realidad, preludiando la estilización bizantina y el primitivismo medieval.

Hay que mencionar también los retratos femeninos, de las damas de la aristocracia y las clases altas, en los que se puede contemplar las distintas modas a través de sus peinados, desde la sencillez de la época de Augusto a los complicados peinados de la época de los Flavios y la vuelta a la sencillez en tiempos de Trajano. Ejemplos importantes son los retratos de la emperatriz Livia, Mesalina y Agripina, de Plotina (esposa de Trajano), etc.



 

El relieve

El relieve histórico adquirirá mucha importancia  en el Imperio. Es un medio más propicio para representar escenas complejas. Los temas casi siempre son históricos y se desarrollan de forma narrativa y continua, representando campañas militares, como en la columna de Trajano, hechos conmemorativos y ceremonias religiosas, como se puede ver en el Ara Pacis o altar de la paz que levantó Augusto para conmemorar el fin de las guerras en el Mediterráneo y la "Pax Augusta". En este ara aparece representada la procesión del cortejo imperial dirigiendo sus ofrendas hacia el altar. Es un bajo relieve en piedra caliza con una gran técnica en los pliegues de los vestidos, guardando cierta semejanza a los relieves del Partenón y la representación de las Panateneas.


En  el Arco de Tito los relieves ocupan las paredes interiores y muestran un desfile militar con cetros y estandartes donde los victoriosos romanos celebran la conquista de Jerusalén, mostrando los objetos sagrados sustraídos a los judíos: la menorah o candelabro de siete brazos, incluso la famosa Arca de la alianza.

  

 


LA PINTURA ROMANA

Gracias, o por culpa, del enterramiento de Pompeya bajo las cenizas del Vesubio, hoy tenemos el privilegio de poder disfrutar de la pintura romana, a lo largo de un  periodo que abarca desde el siglo II a.C. hasta el año 79 d.C. Esta  se divide en cuatro estilos, conocidos como 1º,2º, 3º y 4º estilos pompeyanos, en los que se distinguen dos tendencias principales: el estilo neo ático, cuyo principal interés es la figura humana, y el helenístico-alejandrino, interesado en la perspectiva y el ambiente.


En la pintura destaca cierto conocimiento de la perspectiva así como la maestría a la hora de representar las luces y sombras, técnicas que se pasarán al mosaico, con la dificultad añadida de representar esos volúmenes y gradaciones con pequeñas piedras de colores.

Por lo general, las obras pictóricas romanas son imitaciones o variaciones de las griegas. Un elemento distintivo de la pintura romana es la técnica de manchas de color al temple. Con un estilo casi impresionista ya en esa época. La temática predominante es siempre realista, paisajes, personas o escenas bélicas.



EL MOSAICO

Se utilizaba sobre todo para la decoración de pavimentos, paredes, fondos de piscinas, etc. De temática variada, vegetal, animal, geométrica o histórica, se realizaba con dos técnicas diferentes:

1.· El opus tesellatum es la más frecuente y se forma a base de piedrecitas cúbicas o teselas y de varios colores. La tesela siempre tiene un color natural y están perfectamente escuadradas.

2.· El opus sectile son losetas irregulares pintadas una vez que se han colocado. Es un sistema más fácil y barato y tiene más posibilidades de cara a las composiciones difíciles, pero se daba mucho menos.



Hay numerosísimos ejemplos de mosaicos. Además de escenas históricas, como el mosaico de la Batalla de Isos, de Alejandro Magno,  son recurrentes las escenas mitológicas. Dionisos, Orfeo, Poseidón y Anfitrite, Hércules y sus trabajos,... muchas veces aparece la cabeza de la Gorgona en el centro de la composición. También son  muy recurrentes los bodegones, a veces muy realistas, representando platos de comida, de caza, de frutas... y las escenas costumbristas, de actores de teatro, en el mercado, etc. escenas de la vida cotidiana, petrificadas para siempre.

 



 

LEGADO DE ROMA EN ESPAÑA

La influencia de la cultura romana en España es muy importante. Desde la lengua hasta las numerosas obras que han perdurado hasta nuestros días y de las que señalamos algunas de las más conocidas.


 

Anfiteatro de Itálica

 

 

  Teatro de Mérida

  

 Acueducto de Segovia

 

 

Muralla de Lugo

 

  Segóbriga (Cuenca)

 

Templo de Marcelo Claudio (Córdoba)

   

Minas de oro de las Médulas (León)

 

 Vía de la Plata

 

 Templo de Diana, en Mérida

 

  

Torre de Hércules, en La Coruña

 

 

Puente romano de Córdoba

   


Puente de Alcántara

 

Acueducto de los Milagros, en Mérida

 

Anfiteatro de Tarragona

  

Puente sobre el Miño, en Orense

 

 Templo romano de Vic 

 

Arco de Bará

 

  Teatro de Cartagena

 

 

 
Arco del Triunfo en Medinaceli 

 

 

 Basílica de Baelo Claudia, en Cádiz 


Puente romano de Salamanca

   

 Via Augusta, de Roma a Cádiz

 

Y, ciñéndonos a Navarra, podemos citar los siguientes restos de la presencia romana entre nosotros. Además, claro está, de la fundación (sobre un poblado vascón) de la ciudad de Pompaelo en el año 74 a.C. por el general Pompeyo, que se encontraba por estas tierras en el marco de las guerras sertorias (la única referencia a esta fundación la hace Estrabón, pero sin dar más detalles). 

 

Depósito de agua en Andelos

  

Termas romanas en Andelos

   

Acueducto de Alcanadre a Lodosa

 

  

 Ciudad romana de Santa Criz


  

 Calzada y puente romano en Cirauqui

   

  Villa romana de Liédena

   

   

Villa de las Musas, en Arellano

   

 Torre de Urkulu

  

   Ciudad romana de Cara

 

Copiado, entre otros,  de Decorar con Arte y Encicloarte.com


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