"La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero".
A lo que Agamenón, rey de Micenas, contesta:
- Conforme.
Y remata el porquero:
-No me convence.
Y las interpretaciones que se dan a esta breve sentencia son variadas.
La primera, y más sencilla, parece evidente: la verdad es la que es, independientemente de quién la diga.
Pero, hay quien hila más fino y sugiere otras posibilidades de interpretación. En los siguientes enlaces encontramos otras miradas al famoso aforismo.
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