martes, 21 de abril de 2020

PIERRES DE PERALTA

Pedro de Peralta y Ezpeleta - Wikipedia, la enciclopedia librePedro de Peralta y Ezpeleta o bien mosén Pierres de Peralta "el Joven" (n. 1421 - f. 1492) era un noble, político y militar navarro que fue líder de los agramonteses, condestable de Navarra. Combatió a los beaumonteses junto a su hermano Mosén Martín de Peralta, I Señor de Valtierra y de Arguedas durante la Guerra civil de Navarra. Fue el primer conde de Santisteban de Lerín, barón de Marcilla, señor de Peralta, Funes, Cárcar, Andosilla, Marcilla, Falces, Undiano, Azagra y Caparroso.

Pedro de Peralta el Joven era hijo de Pedro Martínez de Peralta y Ruiz de Azagra —también conocido como mosén Pierres de Peralta "el Viejo"— y de Juana de Ezpeleta y Garro.

Pierres de Peralta indujo, y presenció en persona, el asesinato del obispo de Pamplona Nicolás de Chávarri el 23 de noviembre de 1468, por lo que la Iglesia le castigó más tarde a penitencia pública que cumplió. Ese asesinato determinó la toma de posición de la familia Eguía en favor de Fernando el católico, que fue decisiva en la invasión del reino de Navarra, y en su desaparición como entidad independiente.

Fernando el Católico le concederá en 1513 al nieto de éste Alonso Carrillo de Peralta, el marquesado de Falces consolidando su poderío sobre toda la comarca. La familia residió por cinco siglos en el castillo palacio de Marcilla, desde la construcción de éste por su padre Pierres el Viejo.

Hasta 1936 se mantuvo en poder de los marqueses de Falces en el Castillo de Marcilla, la espada Tizona del Cid, la cual fue entregada por los reyes católicos a Pedro de Peralta y Ezpeleta en depósito para su custodia, como agradecimiento a los servicios prestados a causa de su matrimonio, 'por considerarle digno de ello'.


Entre otras cosas, ha pasado a la historia por la frase “Te absuelvo, siempre que no seas Pierres de Peralta”. Su historia es ´´esta:

Pierres de Peralta fue un turbulento personaje del siglo XV, que el 23 de noviembre de 1468 asesinó en Tafalla al Obispo de Pamplona don Nicolás de Echávarri. Arrepentido del horrendo crimen, marchó a Roma para que el Papa le perdonase. Y como, a pesar de sus instancias, no lograse obtener la absolución, recurrió a un ardid, muy propio de su carácter.

Un día en que Su Santidad se encontraba en Florencia, paseando por los jardines de su quinta, a orillas del Arno, Pierres se tiró al río y, fingiendo que se ahogaba, se puso a dar grandes voces de auxilio y a pedir perdón de sus pecados. El Papa, al verle, le absolvió "in artículo mortis", sin saber de quién se trataba.

Al día siguiente se enteró de la añagaza del astuto navarro. A partir de entonces, cuando tenía que absolver a algún desconocido, empleó la fórmula que dio origen al dicho.

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