viernes, 27 de octubre de 2023

Nagorno Karabaj

El territorio montañoso de Nagorno Karabaj (también llamado Alto Karabaj), una región de unos 11.500 km 2, ha sido desde hace décadas objeto de enfrentamientos entre Azerbaiyán, donde está ubicado, y Armenia, ya que la mayoría de su población es de origen armenio y reivindican su derecho a formar parte de ese país. De hecho, desde 1988 han estado desvinculados del estado azerí, funcionando de manera totalmente autónoma del gobierno de Bakú.


Durante siglos, los azerbaiyanos musulmanes y los armenios cristianos, que consideran la región su hogar, se enfrentaron para decidir quién debía controlarla. La dominación rusa comenzó en 1823 y, cuando el Imperio Ruso se disolvió en 1918, se reavivaron las tensiones entre la Armenia y el Azerbaiyán recién independizados. Tres años más tarde, la Rusia comunista puso sus ojos en los estados independientes del Cáucaso y comenzó a incorporarlos a lo que se convertiría en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

En un principio, se decidió que Karabaj formaría parte de la República Socialista Soviética de Armenia (R.S.S.). Aunque los historiadores difieren sobre las razones, se cree que la incorporación inicial de Karabaj a Armenia fue un plan que buscaba asegurar el apoyo armenio al Gobierno soviético. Pero el nuevo Comisario de Nacionalidades soviético, Joseph Stalin, revocó la decisión. En 1923, Nagorno Karabaj se convirtió en una región administrativa autónoma de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán, a pesar de que el 94% de su población era de etnia armenia.

Cuando la Unión Soviética se desintegró a principios de la década de 1990, los armenios de Nagorno Karabaj, descontentos desde hacía tiempo, solicitaron formar parte de la República de Armenia. Azerbaiyán respondió intentando aplastar a los separatistas en 1988, y los enfrentamientos se intensificaron en la región. 

En ese mismo año de 1988 el Parlamento regional de Nagorno Karabaj votó a favor de formar parte de Armenia, tomando el nombre de Artsaj.

En 1991, tanto Azerbaiyán como Armenia declararon su independencia de la Unión Soviética, y los enfrentamientos regionales en Nagorno Karabaj desembocaron en una guerra total.

Como consecuencia, más de un millón de personas se convirtieron en refugiados y murieron unas 30.000 personas, civiles incluidos. Durante la primera guerra de Nagorno Karabaj (1988-1994), ambos bandos practicaron la limpieza étnica: los azerbaiyanos contra los armenios y las fuerzas armenias contra los azeríes.

La guerra terminó con un alto el fuego mediado por Rusia en 1994, después de que las fuerzas armenias se hicieran con el control de la región y las zonas adyacentes.

En virtud del acuerdo, el territorio siguió formando parte de Azerbaiyán, pero desde entonces ha estado gobernado en su mayor parte por una república separatista autoproclamada, dirigida por armenios étnicos y respaldada por el gobierno armenio.

Azerbaiyán y Armenia firmaron el Protocolo de Bishkek, un alto el fuego mediado por Rusia que dejaba Nagorno Karabaj en Azerbaiyán. Pero, aunque cesaron los combates, las dos partes no lograron ponerse de acuerdo sobre un tratado de paz.

La situación ha sido inestable en todos estos años, con episodios de enfrentamientos que interrumpen los periodos de relativa calma.

El mayor choque militar desde principios de la década de 1990 se produjo en 2020, durante seis semanas de intensos combates.

Azerbaiyán recuperó territorio y, para cuando ambas partes acordaron firmar un acuerdo de paz con mediación rusa en noviembre de 2020, había reconquistado todos los territorios que rodean Nagorno Karabaj -no el enclave en sí- en poder de Armenia desde 1994.

En virtud del acuerdo, las fuerzas armenias tuvieron que retirarse de estas zonas y desde entonces han quedado confinadas a una parte más pequeña de la región.


Desde finales de 2020, unos 3.000 soldados rusos han supervisado la frágil tregua, pero la atención de Moscú se ha desviado por su invasión a gran escala de Ucrania.

Y en septiembre de 2023 se ha producido el último choque violento de envergadura, cuando las tropas azeríes entraron de manera fulminante e incontestable en el enclave. Este hecho bélico ponía punto y final a largos meses de bloqueo de Azerbaiyán a la República de Artsaj, que se tradujo en una escasez significativa de suministros esenciales como alimentos, medicinas y otros bienes en la región afectada. Los armenios pidieron al día siguiente la rendición y se inició un masivo éxodo de la población armenia hacia Armenia.

Azerbaiyán cuenta con el apoyo de Turquía, miembro de la OTAN, mientras que Rusia apoya a Armenia, lo que convierte la zona en un foco potencial de conflagración. Aunque Nagorno Karabaj es pequeño, hay mucho en juego geopolítico debido a su proximidad a oleoductos y gasoductos estratégicos, y a su ubicación entre las poderosas fuerzas regionales de Rusia, Turquía e Irán.


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