jueves, 28 de enero de 2021

ARTE RENACENTISTA

 Arquitectura del Renacimiento o renacentista es aquella diseñada y construida durante el período artístico del Renacimiento europeo, que abarcó los siglos XV y XVI. Se caracteriza por ser un momento de ruptura en la historia de la arquitectura, en especial con respecto al estilo arquitectónico previo: el gótico; mientras que, por el contrario, busca su inspiración en una interpretación propia del arte clásico, en particular en su vertiente arquitectónica, que se consideraba modelo perfecto de las Bellas Artes.

Produjo innovaciones en diferentes esferas: tanto en los medios de producción (técnicas de construcción y materiales constructivos) como en el lenguaje arquitectónico.

La Arquitectura del Renacimiento estuvo bastante relacionada con una visión del mundo durante ese período sostenida en dos pilares esenciales: el clasicismo y el humanismo.

El Renacimiento en España tarda en penetrar desde Italia, especialmente por la fuerza que el gótico final isabelino tiene en nuestras tierras.



De hecho, la primera manifestación de la arquitectura renacentista en España, como es el Palacio de los Duques de Medinaceli de Cogolludo (Guadalajara) muestra una simbiosis de estilos. Por un lado, imita con su estructura arquitectónica los palacios del Quattrocento italiano, incluyendo puerta y aparejo de sillería almohadillada. Sin embargo, la crestería y sus ventanales son todavía claramente tardogóticos.





Palacio de los duques de Medinaceli, en Cogolludo



En el largo siglo que recorre la arquitectura renacentista en España se sucederán las corrientes estilísticas, en especial el plateresco y, sobre todo, en el tramo final el grave y austero herreriano, que incluso llegará a fundirse con el primer barroco español de comienzos del siglos XVII.

 

Plateresco

La arquitectura plateresca corresponde a la primera mitad del siglo XVI en el contexto de una arte oficial dominado por la poderosa monarquía de los Reyes Católicos, primero y de Carlos V, después. En él se combinan estructuras arquitectónicas del gótico final flamígero o isabelino con elementos decorativos venidos de Italia, que además incorpora elementos mudéjares.

Las características decorativas del plateresco es la profusión de filigrana de piedra (de ahí su nombre, pues imita el trabajo de los orfebres) a base de medallones en las fachadas, los frontones y enjutas, los entablamentos y basamentos, los grutescos, los festones, las columnas balaustradas, todo ello decorando las fachadas de los edificios que, sin embargo, tienen la típica estructura gótica de pilares fasciculados soportando bóvedas de crucería compleja.

 

 


 Palacio del Infantado. Guadalajara.

 

Aunque el plateresco castellano es especialmente abundante en ciudades como Toledo, Valladolid o Salamanca, etc., es en esta última donde encontramos algunas de las obras más interesantes, debido a su gran calidad plástica y finura, hecho al que no es ajena la buena calidad de la piedra caliza salmantina.

Sobresale especialmente la archiconocida fachada de la Universidad, de autor desconocido, constituida como un paño decorativo, independiente del edificio, donde los temas decorativos, de flores, medallones, escudos y grutescos, ofrecen un inusitado ritmo.

  

 

 Fachada de la Universidad de Salamanca

 

Otro edificio religioso de estilo renacentista plateresco es el monumental Convento de San Esteban, obra de Juan de Álava, cuya fachada, interpretada como un gran paño decorativo, tiene una portada de grandes dimensiones rodeada de escultura.

 

  


Convento de San Esteban. Salamanca.

 

No olvidamos citar la fachada de la catedral nueva y, en el contexto del plateresco civil, la curiosa Casa de las Conchas.

 


Fachada de la Catedral Nueva. Salamanca.

 

 


Casa de las Conchas. Salamanca.

 


 

  


Palacio de Monterrey, en Salamanca, de Rodrigo Gil de Hontañón



Estilo herreriano

 

El estilo herreriano es consecuencia de la situación social, religiosa y política de España durante la segunda mitad del siglo XVI.

Y es que, a partir del reinado de Felipe II, la corriente de austeridad católica impregna la sociedad española de la Contrarreforma alcanza también al arte y a la arquitectura.

El ejemplo más destacado, sin duda, de este periodo es el Monasterio del Escorial (1563-1584) donde se reúne monasterio, iglesia, palacio y panteón real.

Es un edificio derivado de fuentes italianas, pero de gran sobriedad y desornamentación, lo que unido a su colosal tamaño, le confiere una solemnidad aplastante.

Juan Bautista de Toledo inicia las obras. A él se deben la planta general del edificio, la fachada meridional y el patio de los Evangelistas. Le sucedió, como arquitecto general principal, el italiano Giovanni Battista Castello "el Bergamasco", que construyó la gran escalera a la imperial del interior, la primera de este tipo en Europa.

Juan de Herrera (que da nombre al estilo herreriano) dirigió la obra desde 1572 hasta el final, y le imprimió su sello característico. Este arquitecto, estudioso de las teorías del romano Vitrubio, va a influir decisivamente en la arquitectura española del último cuarto de siglo y en el siglo XVII. Tal es su transcendencia que a esta corriente de la arquitectura del renacimiento en España se le ha dado un nombre propio: Arquitectura Herreriana.

 


Monasterio de El Escorial

 

Otras obras de Herrera serán la Lonja de Sevilla y la catedral de Valladolid.

 


La Casa Lonja de Sevilla, sede del Archivo General de Indias.

 

 


Catedral de Valladolid

 

Como uno  de los mejores ejemplos de arquitectura renacentista está considerada la Catedral de la Asunción, en Jaén, obra de Andrés de Vandelvira

  


Catedral de Jaén


 

 


Catedral de Granada, de Diego de Siloé


 

  


Hospital de los Reyes Católicos en Santiago de Compostela, de Enrique Egas

 

 

 

 


Ayuntamiento de Sevilla, de Diego de Riaño

 

Y también destacan estas construcciones la fachada de la universidad de Alcalá de Henares, obra de Gil de Ontañón, la portada plateresca de la Colegiata de Torrijos, el patio del palacio de Carlos V en Granada, el palacio de Santa Cruz en Valladolid, el palacio de los Guzmanes en León, el palacio de Jabalquinto en Baeza, el palacio de Vázquez de Molina (o de las Cadenas) en Úbeda y el palacio de los condes de Gómara en Soria.

   

  


Universidad de Alcalá de Henares

 

 


Colegiata de Torrijos

 

 


Palacio de Carlos V, en Granada, de Pedro Machuca.

 

 

 

Palacio de Santa Cruz, en Valladolid

 

  


Palacio de los Guzmanes, en León, de Rodrigo Gil de Hontañón.

 

  


Palacio de Jabalquinto, en Baeza

 

  


Palacio de Las Cadenas, en Úbeda (actual Ayuntamiento)

 

 


Palacio de los condes de Gómara, en Soria

 




ELEMENTOS DECORATIVOS ARTE RENACENTISTA

 




 

Columnas balaustradas: Se conoce como columna abalaustrada aquella que presenta su fuste con la forma de un balaustre, es decir, con su contorno moldeado con distintos grosores a lo largo de su recorrido; a veces, además, combinando tramos lisos con otros estriados o finamente tallado con pequeños elementos decorativos.

 

  


Grutescos: Ornamento consistente en seres fantásticos, humanos, animales y vegetales, enlazados y combinados para formar un todo. Es un tema propio del Renacimiento, inspirado en los hallados en algunos edificios romanos, como la Domus Aurea de Nerón y suele estar formado por una cabeza o bien un torso humano o animal en la parte superior, que termina en un juego de elementos vegetales en la inferior.


  


Almohadillado: Paramento de sillería donde la cara visible de los sillares ha sido labrada a manera de almohadilla. Las juntas están biseladas o rehundidas, para dar la sensación de relieve.

  

 


Escalera dorada en la catedral de Burgos, de Diego de Siloé y el Maestro Hilario

 

  


Arco carnapel


 


Otros elementos decorativos



ARQUITECTURA RENACENTISTA EN NAVARRA

Arquitectura religiosa

Este período significa una nueva edad de oro para el arte navarro que queda reflejada en numerosas obras de arquitectura, escultura y pintura pertenecientes al siglo XVI. Un elevado número de parroquias construyen sus fábricas en este período, que son en muchos casos ampliación de los templos medievales. El estilo dominante en estas construcciones es el gótico tardío, algo transformado en los elementos arquitectónicos. Así, se generaliza el uso del arco de medio punto y de la columna con capitel clásico. Las bóvedas siguen siendo estrelladas, como en el último gótico, pero ha cambiado la molduración de los nervios y el sentido decorativo.

El tipo más frecuente de iglesia tiene una sola nave con capillas entre los contrafuertes, crucero y cabecera poligonal. El coro alto se emplaza a los pies del templo. Un buen ejemplo de este modelo lo ofrece la iglesia de Santiago de Puente la Reina, ampliación de la románica de la que aprovecha sus dos portadas. También, la iglesia de Santo Domingo de Pamplona sigue esta disposición, pero con dimensiones más amplias. Otro tipo de iglesia, es la de planta de tres naves con apoyos circulares, aunque poco frecuente en Navarra, muy abundante en el País Vasco. La parroquia de Cintruénigo y la de la Asunción de Cascante, responden a este modelo.

 



  



Iglesia de Santiago en Puente la Reina

 




Iglesia de Sto. Domingo en Pamplona

 

Resultan excepcionales junto a tanta construcción dentro de la tradición gótica, algunas iglesias con estructuras renacentistas; la parroquia de Lerín es la más monumental de ellas. Emplea en su interior un orden gigante de pilastras y cubre su cabecera con un medio cañón con lunetos, completado por una gran concha. Un esquema semejante sigue la iglesia de Larraga y más tardía, y de estructura ya herreriana, la de Ciga (Baztán).

 

  


Parroquia de Santa María en Lerín

 

Algunas iglesias añaden a sus fábricas medievales portadas, claustros o torres renacentistas. Entre las primeras, el proyecto más monumental lo ofrece la portada de Santa María de Viana, que sigue el esquema de un retablo englobando en su centro una gran hornacina cubierta por un cuarto de esfera. Portadas del siglo XVI con elementos arquitectónicos renacentistas y amplio despliegue escultórico, tienen las parroquias de Los Arcos -ésta además con bella torre plateresca- Cáseda o Aibar.

El conjunto más amplio de escultura monumental del plateresco se encuentra decorando el claustro del monasterio de Irache y se distribuye en ménsulas, hornacinas, claves, capiteles y en la portada de acceso a la iglesia. También del s. XVI, es el claustro del monasterio de Fitero.

 






 

Claustro del monasterio de Irache

Claustro del monasterio de Fitero

 

Arquitectura civil

El Renacimiento se imprime en la arquitectura doméstica, dando lugar a una serie de casas y palacios de particular monumentalidad. Un compromiso entre lo mudéjar y lo italianizante muestra el palacio Decanal en Tudela, edificio de ángulo con la catedral. En la misma ciudad, la llamada casa del Almirante, se decide por un modelo palacial muy generalizado en el valle del Ebro con fachada de ladrillo, galería de arquillos en el remate y alero de madera, tipo que sigue también el palacio del marqués de San Adrián de Tudela. En Estella, el palacio de los San Cristóbal Cruzat con dos hermosos balcones decorativos, pertenece también al siglo XVI; así como diversas mansiones señoriales de la misma ciudad.



 

Casa del Almirante, en Tudela

 

  

 

Palacio de San Cristóbal, en Estella

 

Las Casas Ayuntamiento de Allo y Sangüesa, son dos expresivos ejemplos de ayuntamientos renacentistas. El segundo de ellos con un piso inferior abierto por arcadas sobre columnas dóricas, tiene fecha de 1570. Otro gran edificio civil del siglo XVI es el Antiguo Hospital de Pamplona -hoy Museo de Navarra- que conserva además de la capilla, una bella portada de ingreso fechada en 1556 y flanqueada por estípites antropomorfos, y culminado por el escudo de Navarra entre tenantes.


  

 

Museo de Navarra, en Pamplona

 

  

PINTURA RENACENTISTA

Como en los casos de la arquitectura y la escultura, el arte renacentista no penetró rápidamente en el panorama artístico español muy apegado al gótico y su influencia flamenca.

Sin embargo en las primeras décadas del siglo XVI llegan obras italianas a las cortes reales. También vienen algunos pintores. Muy decisivos fueron los viajes que algunos artistas hispanos realizaron a Italia, como es el caso del palentino Pedro Berruguete.

Poco a poco los pintores renacentistas españoles van siendo influidos por artistas de la talla de Leonardo da Vinci, Rafael Sanzio y Miguel Ángel, además del movimiento manierista.

Durante buena parte de esta centuria se sigue empleando la técnica tradicional del óleo sobre tabla,  si bien ya en las últimas décadas de va imponiendo la pintura sobre lienzo.

Los pintores que debemos destacar en esta época son Pedro Berruguete, Luis Morales “el Divino” y, sobre todo, El Greco.

 

 



Autorretrato, de Pedro Berruguete

Virgen con el Niño, de Luis Morales

 

 


   El entierro del conde de Orgaz

 

  Visión del Apocalipsis

 

El Expolio

 

El caballero de la mano en el pecho

Doménikos Theotokçopulos, “El Greco”

 

  

ESCULTURA RENACENTISTA


La escultura renacentista llega a España gracias a artistas italianos o a los españoles que viajan a Italia a formarse (como es el caso del gran Alonso Berruguete).

La escultura del Renacimiento español es de gran originalidad por el fuerte sentimiento religioso del que está impregnado, siguiendo la línea anterior del gótico. Además de da mucha importancia de la expresividad.

También es original por los materiales empleados. Por ejemplo, se utiliza mucho la madera policromada de pino con la técnica del estofado, en la que se aplica una fina capa de pan dorado y luego se pinta encima y se raspa para que se vea el dorado.

Se siguen construyendo sepulcros, retablos, sillerías de coro y retratos.

Los escultores que debemos destacar de esta época son Alonso Berruguete y Juan de Juni. El primero fue hijo del pintor Pedro Berruguete y se formó en Italia por lo que en su obra se aprecia influencia de Donatello y Miguel Ángel, pero creando un estilo propio con acusado alargamiento de las figuras, expresión de angustia y posiciones inestables.

Algunas de sus mejores obras son el retablo de la Mejorada de Olmedo, los retablos de las iglesias de Santiago y San Benito en Valladolid, la sillería de coro de la Catedral de Toledo y el sepulcro del Cardenal Tavera en Toledo.

Por su parte, Juan de Juni, se ve influido por Jacopo della Quercia y Miguel Ángel. Fue el autor de obras como el Santo Entierro (retablo de la catedral de Segovia) y la figura orante de San Segundo en Ávila.

 

  Retablo de La Mejorada, en Olmedo

 

 


Coro de la Catedral de Toledo


 

 Sepulcro del Cardenal Tavera

 

 

  Retablo de San Benito el Real en Valladolid

ALONSO BERRUGUETE

 

 

 


   Retablo de la Catedral de Segovia

 


 

  Sepulcro de San Segundo, en Ávila

JUAN DE JUNI

 

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