La Operación Catapulta fue una controvertida operación militar llevada a cabo por la Royal Navy británica el 3 de julio de 1940, durante la Segunda Guerra Mundial. Su objetivo principal era neutralizar la flota francesa para evitar que cayera en manos de la Alemania nazi después de la rápida derrota y armisticio de Francia.
Tras la caída de Francia en junio de 1940 y la firma del armisticio con Alemania, el gobierno británico, liderado por Winston Churchill, se encontraba en una situación muy precaria. Temían que la poderosa flota francesa, una de las más grandes del mundo en ese momento, pudiera ser utilizada por los alemanes en su contra, comprometiendo gravemente la seguridad del Reino Unido y el control del Mediterráneo.
El objetivo principal de la Operación Catapulta era impedir que los buques de guerra franceses, especialmente los acorazados y cruceros, cayeran en manos de las potencias del Eje (Alemania e Italia). Para ello, los británicos intentaron, en primer lugar, persuadir a los franceses para que se unieran a los Aliados, se dirigieran a puertos neutrales o hundieran sus propios barcos. Si estas opciones eran rechazadas, la orden era capturar o destruir la flota francesa.
La operación se centró en varios puertos donde se encontraban importantes unidades de la flota francesa:
• Mers el-Kebir (Argelia): Fue el escenario principal y más trágico. La Fuerza H británica, bajo el mando del almirante James Somerville, se enfrentó a la flota francesa del almirante Gensoul. A pesar de las negociaciones previas, los franceses se negaron a aceptar las condiciones británicas. Como resultado, la Royal Navy abrió fuego, causando un gran número de bajas francesas (alrededor de 1.300 muertos) y el hundimiento del acorazado Bretagne, además de graves daños al Dunkerque y al Provence. El Strasbourg logró escapar.
• Alejandría (Egipto): Aquí se llegó a un acuerdo negociado entre el almirante británico Andrew Cunningham y el almirante francés René-Émile Godfroy, por el cual los barcos franceses quedaron desarmados y sus tripulaciones internadas, evitando un enfrentamiento.
• Dakar (África Occidental Francesa): El acorazado Richelieu, uno de los más modernos, fue atacado y gravemente dañado por lanchas torpederas y bombarderos británicos.
• Plymouth y Portsmouth (Reino Unido): Los barcos franceses que se encontraban en puertos británicos fueron abordados y capturados por la Royal Navy.
La Operación Catapulta tuvo consecuencias significativas:
• Pérdida de vidas y buques: Significó una gran pérdida humana y material para la Marina francesa.
• Tensión anglo-francesa: Generó una profunda amargura y resentimiento en Francia hacia Gran Bretaña, y llevó a un deterioro de las relaciones entre el gobierno de Vichy (Francia ocupada por los alemanes) y el Reino Unido. Esto se tradujo en enfrentamientos esporádicos en diversas colonias francesas.
• Justificación británica: Para Churchill, la operación fue un paso doloroso pero necesario para asegurar la supervivencia de Gran Bretaña y demostrar al mundo la determinación británica de continuar la lucha contra el Eje, incluso si eso significaba atacar a antiguos aliados.
• Repercusión en la opinión pública: Aunque polémica, la operación envió un mensaje claro a Alemania y a Estados Unidos sobre la seriedad del compromiso británico en la guerra.
En resumen, la Operación Catapulta fue un episodio brutal y polémico de la Segunda Guerra Mundial, motivado por la necesidad británica de salvaguardar su seguridad ante la potencial amenaza de la flota francesa bajo control alemán.
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