El Neoclasicismo llega motivado por la nueva atracción que despierta el mundo clásico, el interés surgido por la arqueología, las excavaciones de Herculano y Pompeya y el rechazo hacia las formas del barroco.
La irrupción del Neoclasicismo en España proviene del
exterior más que por una necesidad interna de renovación.
El desarrollo del
barroco quedó interrumpido al sustituir en el trono de España a la dinastía de
los Habsburgo por la de los Borbones, con Felipe V. El joven rey, que venía
de Francia, se instaló en la corte española con un grupo de artistas franceses
e italianos y con ellos entraron las corrientes artísticas extranjeras. Es la
etapa conocida con el nombre del Siglo
de las Luces, donde la filosofía principal era la Ilustración y el Racionalismo.
La Academia de Bellas
Artes de San Fernando desempeñó un papel fundamental en la difusión de los
principios del arte clásico ya que era la encargada de formar a los artistas.
También en esta época se crean la Real
Academia de la Lengua, la Real Academia de la Historia y la Biblioteca
Nacional.
Características
generales de la arquitectura neoclásica
Las características más importantes de la arquitectura
neoclásica son:
- Se inspira en los monumentos de la antigüedad grecorromana.
- Concepto de belleza basado en la pureza de las líneas arquitectónicas, en la simetría y en las proporciones sujetas a las leyes de la medida y las matemáticas.
- Reacciona contra los efectos decorativos del barroco y el rococó. Gusto por la sencillez, con predominio de lo arquitectónico sobre lo decorativo.
- Emplea elementos básicos de la arquitectura clásica: columnas, ordenes dórico y jónico, frontones, bóvedas, cúpulas, etc.
Sin que puedan considerarse estrictamente neoclásicos, pero
si apuntando hacia una nueva arquitectura, tenemos a Ventura Rodríguez, Diego de Villanueva y José Hermosilla, que
marcan el comienzo de la liquidación del viejo sistema barroco.
Ventura Rodríguez
(1718-1785)
Su trayectoria se sitúa a caballo entre las dos grandes
corrientes artísticas del momento, el barroco y el neoclasicismo. A su periodo
inicial corresponde la concepción
barroca de la Capilla del Pilar de Zaragoza, pasando por la severidad
herreriana en la Iglesia del Convento de
los Agustinos de Valladolid, para terminar en un rígido clasicismo como
deja ver en la Catedral de Pamplona.
En la Basílica de El Pilar de Zaragoza, construye la capilla
de la Virgen. La capilla, que tenía que albergar la imagen de la Virgen para su
culto, debía ser una capilla exenta, con su propio sistema de cubiertas. La
solución que adopta es la de un templete de orden compuesto a modo de
baldaquino con bóveda elipsoidal.
La obra tiene un claro sentido escenográfico basado en el
juego de formas abiertas y los efectos de luces.
CAPILLA
DE EL PILAR EN ZARAGOZA ( VENTURA RODRÍGUEZ) |
Entre sus últimas obras destaca la fachada de la catedral de Pamplona (1873), severamente clásica, con
un pórtico tetrástilo entre dos torres cuadradas.
FACHADA
DE LA CATEDRAL DE PAMPLONA (VENTURA RODRÍGUEZ) |
Francisco Sabatini
(1722-1797)
El arquitecto nacido en Palermo y formado en Roma vendrá a España para realizar las reales
obras cuando Carlos III sube al trono.
Las principales obras de su producción son La Puerta de Alcalá, La Aduana de Madrid y la
Iglesia de Santa Ana de Valladolid.
La Puerta de Alcalá, conmemora la entrada de Calos III en la
capital. Consta de cinco vanos, tres con arco de medio punto y dos con arco
adintelado.
|
PUERTA
DE ALCALÁ, EN MADRID (FRANCISCO SABATINI) |
En el Edificio de La
Aduana, hoy Ministerio de Hacienda, ofrece una fachada de gran sobriedad
ornamental, con un almohadillado pétreo en la planta baja y ladrillo visto en
el resto y un imponente cornisamiento.
|
REAL
CASA DE LA ADUANA, EN MADRID (FRANCISCO SABATINI) |
|
IGLESIA
DE SANTA ANA, EN VALLADOLID (FRANCISCO SABATINI) |
PLAZA
MAYOR, EN MADRID (F. SABATINI JUNTO A JUAN DE VILLANUEVA) |
JARDÍN BOTÁNICO, EN MADRID (F. SABATINI JUNTO A JUAN DE VILLANUEVA) |
Juan de Villanueva
(1739-1811)
Es la figura más
importante de la arquitectura neoclásica española. Estudió siete años en
Roma pensionado por la Academia de San Fernando, entrando en contacto directo
con la Antigüedad.
Carlos III lo nombró arquitecto del príncipe y los infantes,
trabajando casi en exclusiva para la casa real.
A su regreso de Roma fue nombrado arquitecto de El Escorial,
en cuyas cercanías levantó la Casa de los Infantes, la Casita de Arriba y la
Casita de Abajo, de aspecto totalmente clasicista. Realizó también la Casita
del Príncipe en El Pardo.
Su obra maestra es el
edificio del Museo del Prado. El museo fue concebido como Gabinete de
Historia Natural y formaba parte de una zona ajardinada de función científica
en la que también se encontraba el Jardín Botánico.
Villanueva concibió un edificio alargado siguiendo el eje de
una luminosa galería rematada e interrumpida en su centro por tres cuerpos de
mayor volumen: dos cubos en los extremos de la galería y una edificación de
planta basilical en su eje central.
El cubo norte se articula en torno a una rotonda con
columnas jónicas y bóveda y el cubo sur en torno a un patio. El cuerpo central
estaba destinado a las reuniones y sesiones de los académicos y estudiosos de
Historia Natural.
La fachada principal se dispone a lo largo del paseo del
Prado. En el centro hay una monumental portada, constituida por un gigantesco
pórtico dórico-toscano.
En el edificio de Villanueva predominan las líneas rectas.
Hay una disposición rigurosamente simétrica de los elementos arquitectónicos.
Destaca la enorme austeridad ornamental, la armonía proviene de la combinación
de las formas arquitectónicas (columnas, frontones y ventanas).
MUSEO
DEL PRADO, EN MADRID (JUAN DE VILLANUEVA) |
Diseñó también el Observatorio
Astronómico, situado en los Jardines del Retiro. Es un edificio de planta
cruciforme rematado por un templete de columnas jónicas.
OBSERVATORIO
ASTRONÓMICO, EN MADRID (JUAN DE VILLANUEVA) |
CASITA DEL PRÍNCIPE, EN EL ESCORIAL |
CASITA
DEL INFANTE,EN EL ESCORIAL |
JUAN
DE VILLANUEVA |
|
CASA
DEL LABRADOR, EN ARANJUEZ (JUAN DE VILLANUEVA) |
En otras regiones españolas también se levantaron numerosos
edificios en estilo neoclásico, como la
Fábrica de Tabacos de Sevilla, la Lonja de Barcelona o la Plaza Nueva de
Vitoria de Juan Antonio de Olaguibel.
|
REAL
FÁBRICA DE TABACOS, EN SEVILLA (SEBASTIÁN VAN DER BORCHT Y OTROS) |
|
LONJA
DE BARCELONA |
|
PLAZA
NUEVA, EN VITORIA (JUAN ANTONIO DE OLAGUÍBEL) |
Otro grupo de hombres del neoclasicismo español son Antonio López Aguado, Isidro Velázquez
González, Francisco Jareño y Silvestre Pérez.
Será a partir de la
década de 1860, cuando se inicia un lento cambio filtrando en las
creaciones de la arquitectura neoclásica un cierto aire romántico.
La escultura neoclásica
en España
La introducción del
neoclasicismo en la escultura española fue un proceso lento. La tradición
barroca estaba muy arraigada en nuestro país y no podía desaparecer de golpe.
Cuando en 1752 se funda la Academia de San Fernando (principal instrumento de
difusión del Neoclasicismo), todavía los escultores estaban muy ligados a las
fórmulas tardobarrocas.
Poco a poco la Academia irá endureciendo sus postulados para
acabar con la vieja tradición. Defiende la expresión
serena y sosegada, imitando el estilo de los grandes escultores de la
Antigüedad, frente al realismo y expresionismo de la escultura barroca.
Rechaza los efectos pictóricos, la teatralidad y el movimiento desbordado del
Barroco.
Se evitan los fuertes contrastes de claroscuro y dotan a la
representación de un modelado suave y de
un acabado pulido y homogéneo. Interesa más, en general, la belleza puramente
formal que la fuerza espiritual de la obra, por eso caen en la frialdad.
Pero no sólo impone una normativa estricta, sino que también
pensionará a los alumnos para que amplíen sus estudios en Italia y aprendan los
planteamientos clásicos.
Los materiales preferidos serán el mármol blanco y el bronce. En cuanto a la temática, predominan los temas profanos.
Comienza a tomar entidad la estatuaria monumental (los monumentos conmemorativos y las
decoraciones escultóricas de los edificios).
La Corona es el
principal cliente de la época, y los Borbones pusieron de moda la figura
del escultor de cámara, que el que coordina las iniciativas y encargos reales.
Encontramos dos focos
artísticos. Por un lado, Madrid,
marcado por la Academia de San Fernando y por las necesidades escultóricas
de la monarquía en los Sitios Reales. Por otro lado, Barcelona, con la Junta de Comercio y su escuela de la Lonja, que
fue el segundo gran centro de formación del país.
La Academia de San
Fernando y los escultores cortesanos
José Álvarez Cubero
(1768-1827)
Es la figura central de nuestro clasicismo. Estudió en la
Academia de San Fernando y obtuvo una pensión para estudiar en París. Pasó
luego a Roma, siendo éste el periodo más fecundo de su obra.
Realizó varias esculturas
para La Casita del Labrador en Aranjuez. A este conjunto pertenecen Diana
cazadora, Apolino inspirado por la música y Morfeo adolescente o Amor dormido.
DIANA
CAZADORA |
|
JOSÉ
ÁLVAREZ CUBERO |
La obra más sobresaliente es La Defensa de Zaragoza, que conmemora un episodio de la Guerra de
la Independencia, la protección de un hijo a su padre durante el sitio de
Zaragoza. Consiguió que este grupo de composición piramidal no se quedara en lo
anecdótico, dotándola de atemporalidad y de carácter trascendente.
LA
DEFENSA DE ZARAGOZA |
JOSÉ
ÁLVAREZ CUBERO |
Aparte de las obras de temática mitológica ejecutó numerosos
retratos en el ámbito aristocrático, donde se observa la perfecta asimilación
del clasicismo. Ejemplos de ello son los retratos sedentes de Maria Luisa de
Saboya, Maria Isabel de Braganza y La Marquesa de Ariza.
Ramón Barba
(1769-1831)
Fue primer escultor de cámara con Fernando VII. Esta
vinculación con el poder favoreció la elaboración de retratos como los bustos
de Carlos IV y Maria Luisa de Parma o el retrato sedente de Carlos IV.
Valeriano Salvatierra
(1789-1836)
Formado en la Academia y pensionado a Roma, su obra más
relevante es el Sepulcro del Cardenal Luís de Borbón y Vallabriga. También
realizó el Sepulcro de la Condesa de Chinchón.
Los escultores
catalanes
Damian Campeny
(1771-1855)
Estudió en la Lonja y fue pensionado por la Junta de
Comercio para estudiar en Roma. De esta época es su obra maestra, la Lucrecia muerta. Realizada en yeso en
Roma y enviada a la Lonja, no se pasó a mármol hasta treinta años después.
Lucrecia aparece sobre una silla, su cuerpo parece resbalar y su cabeza cae
inerte hacia un lado. La expresión de su rostro es serena e idealizada. Supone
un bello estudio de la anatomía y los ropajes.
En su Cleopatra agonizante utiliza una iconografía similar.
Ambas representan la belleza femenina ante una muerte violenta de forma serena
e idealizada.
Antonio Solá
(1782-1861)
Se formó en la Lonja y también fue pensionado a Roma. El
conocimiento de los griegos lo corrobora su Venus y Cupido, cuyo referente es
el cuerpo femenino de las diosas clásicas.
Lo más conocido de su obra es el Daoiz y Velarde de la Plaza del Dos de Mayo de Madrid. El
espíritu retórico y apasionado, vinculado a la exaltación patriótica, al valor
y al heroísmo, hace que esta obra se relacione con la Defensa de Zaragoza de
Cubero.
Ambas, además, se inspiran en la Guerra de la Independencia.
Son dos personajes cogidos de la mano en un acto de
juramento, de apoyo recíproco. Las cabezas, elevadas, revelan heroísmo, pero
también temor.
La novedad de la obra reside en que Solá despoja a los
personajes de los característicos atuendos romanos y los viste con los ropajes
de la actualidad, adecuándose al momento histórico al que pertenece, pero
trabajándolos con la estética clásica.
DAOIZ Y VELARDE |
ANTONIO
SOLÁ |
El monumento a
Cervantes, colocado frente al Congreso de los Diputados, presenta al
escritor con ropajes de su época, y le proporciona, además, un cierto un aire
de Antigüedad.
Otros escultores vinculados al mundo neoclásico son Pedro
Hermoso, Esteban de Agreda, el hijo de Álvarez Cubero y José Álvarez Bouquel.
La pintura neoclásica
en España
La pintura neoclásica,
al no contar con restos pictóricos de la antigüedad grecorromana, se inspira en la escultura, en especial
en los relieves, que la dotará de un marcado carácter escultórico.
Características:
- Predominio del dibujo academicista sobre el color.
- La base de la belleza es la armonía de las proporciones y de las luces.
- Los principales temas serán retratos, mitológicos y cuadros de historia.
- La luz es clara y difusa, delimita las figuras y
el espacio e imprime solemnidad en el ambiente. No interesan los contrastes lumínicos.
En España predomina
la pintura profana, costumbrista y adquiere un gran desarrollo el fresco.
Al igual que ocurre en la arquitectura, los monarcas
españoles habían llamado a pintores franceses e italianos para que trabajasen
en la decoración del Palacio Real. Será
Rafael Mengs, impulsor y difusor del Neoclasicismo, con quien se produce la
renovación de la pintura española.
Rafael Mengs
(1728-1779)
En 1761 llega Mengs a España llamado por Carlos III, quien
le nombra pintor de cámara. Desde la Academia de Bellas Artes de San Fernando
ejercerá una gran influencia en la formación de otros pintores españoles, como
Mariano Salvador Maella y Francisco Bayeu.
Practicó el retrato y la pintura al fresco con temas
alegóricos, religiosos y mitológicos. Su dibujo es preciso, seguro y
meticuloso. Algunas de sus obras son El
triunfo de la Aurora o La Apoteosis de Adriano.
Dirigió la fábrica de
Tapices, para la que trabajaron muchos cartonistas como Bayeu, Goya, José
del Castillo.
Francisco Bayeu
(1734-1795)
Bajo la tutela de Mengs participó en las diferentes
decoraciones del Palacio Real.
Como excelente
fresquista Francisco Bayeu será el encargado de la realización, en
ocasiones con Maella, de la decoración de las principales obras del momento.
También llevó a cabo la decoración del Convento de San
Pascual Bailón en Aranjuez, la de la Colegiata de La Granja junto a Mealla, la
del Palacio de El Pardo, la del Claustro de la Catedral de Toledo o la del
Palacio de Aranjuez. Dentro de los encargos reales no debemos olvidar los
cartones para tapices.
Fuera de los encargos de la Monarquía la obra más importante
que llevará a cabo Francisco Bayeu será el ciclo decorativo para la Basílica de
El Pilar de Zaragoza, en las decoraciones también participará Goya, su cuñado.
Algunas de sus obras más destacadas son: El majo de la
guitarra, que es un cartón para tapiz donde muestra su gusto por los temas
populares. El Paseo de las Delicias en Madrid, la escena está realizada con un
delicado colorido de tonos grises, azules y rosados. La tiranía de Gerión, El
vendedor de claveles o Puente sobre el canal de Madrid.
PINTURAS
MURALES EN EL PILAR DE ZARAGOZA |
FRANCISCO
BAYEU |
Mariano Salvador
Maella (1739-1819)
Se formó en la Academia de San Fernando y viajó a Roma para
contemplar las grandes obras clásicas. Fue pintor del rey y discípulo de Mengs.
Es continua su participación en la decoración del Palacio
Real, el de El Pardo y el de El Escorial. También destaca su actividad en la
decoración de la Colegiata de la Santísima Trinidad de la Granja, el claustro y
el ochavo de la Catedral de Toledo, la bóveda de la Catedral de El Burgo de
Osma.
Con el paso del tiempo, abandona la decoración al fresco y
se centra en cuadros de caballete entre los que destacan sus representaciones
de la familia real. Mariano Salvador
Maella fue, tras la marcha de Mengs, el retratista oficial de la Monarquía destacando
los numerosos retratos de Carlos III a lo largo de su reinado, los dos de la
Infanta Carlota Joaquina, el de Fernando VII, etc.
Por último, las alegorías y los temas religiosos también
abundarán en su producción. Convienen destacar las realizaciones de cartones
para tapices de la Real Fábrica de Tapices.
Después de la Guerra
de la Independencia surgen otros pintores más jóvenes que continúan con el
Neoclasicismo. Destacan José Madrazo, Juan Antonio Ribera y José Antonio
Aparicio.
EL NEOCLASICO EN
NAVARRA
Mediado el siglo XVIII la arquitectura navarra entra en una
fase de barroco tardío, con planteamientos influidos por las corrientes
europeas, incluso con aplicaciones atrevidas de curva en fachada (iglesia de
San Adrián; basílica de los Remedios, en Sesma) o de complejos juegos
espaciales en plantas (la Enseñanza, de Tudela; crucero de San Gregorio
Ostiense, en Sorlada). Paralelamente decae la exuberancia ornamental de origen
churrigueresco para ser sustituida por una decoración fina y dispersa,
inspirada en el Rococó. Este repliegue de adornos favorece la creciente
importancia de los elementos propiamente arquitectónicos, confiriendo a los
edificios un aire más clásico. Se predispone de este modo la entrada de la
arquitectura neoclásica, que se implantó en Navarra en fechas comparativamente
tempranas, a lo largo del último cuarto del siglo XVIII. Cierto es que las
convulsiones del momento (guerra contra la Convención francesa) y los
consiguientes problemas económicos le restaron la capacidad de una mayor
implantación, de modo que el nuevo estilo no alcanza la importancia del
barroco.
En la afirmación de la arquitectura neoclásica es fundamental la visita a Pamplona y la
actividad de Ventura Rodríguez en Navarra, en una presencia personal
continuada por colaboradores de toda confianza y capacidad, como fueron Santos Ángel de Ochandátegui y
Francisco Alejo de Aranguren (m. en 1785). Ventura Rodríguez, Maestro Mayor de
Madrid, reside cuarenta días en Pamplona, en 1780, con objeto de hacerse cargo
del proyecto de traída de aguas de
Subiza. Los arquitectos locales tienen entonces la ocasión de conocer las
nuevas ideas estéticas, de boca de un colega de la máxima relevancia. Remitidos
los planos, la obra se realizaría entre 1785 y 1790, quedando en la actualidad
el acueducto de Noáin como su
vestigio más señero.
Paralelamente, el Cabildo de la Catedral de Pamplona acomete
la construcción de una nueva fachada
para aquel primer templo diocesano, que se había de erigir entre 1784 y
1800, también según planos de Ventura Rodríguez. Ni que decir tiene que esta
empresa catedralicia es el primer monumento neoclásico en Navarra, modelo y
guía de otros edificios coetáneos o posteriores. El ejecutor directo de las
obras del viaje de aguas y de la Catedral iruñense fue S. A. de Ochandátegui,
aparejador, arquitecto e ingeniero, que trabaja para instituciones religiosas o
civiles de la región, dirigiendo obras públicas y planes urbanísticos.
También ha sido considerado discípulo de Ventura Rodríguez
el arquitecto Ignacio Asensio, otro
pionero aquí de las formas neoclásicas. Se le debe el monasterio de
cistercienses (hoy, de agustinos) en
Marcilla, realizado ya en 1779. Lastimosamente se han perdido en fecha
próxima sus obras en la parroquia de aquella villa, a consecuencia de una
reconstrucción. I. Asensio pone de manifiesto un estilo más puro y geométrico
en la remodelación de la iglesia de Falces (1779-1782).
En el capítulo de la pintura merece especialísimo recuerdo Luis Paret y Alcázar, autor de los temples de las pechinas y cúpula de la capilla de San Juan del Ramo, en Santa María de Viana (1784-1787); del diseño de cinco fuentes para la traída de aguas de Subiza a Pamplona (1788) y de un retrato de Leandro Fernández de Moratín, posterior a 1790, que se conserva en el Museo de Navarra.
|
VENTURA
RODRÍGUEZ |
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.